Mboula como mal síntoma

Jordi Mboula celebra un gol en el partido de la Youth League 2016/17 Barça-Porto

Jordi Mboula celebra un gol en el partido de la Youth League 2016/17 Barça-Porto / Joan Monfort

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça presumía el martes de cantera con una preciosa foto de todos los jugadores de las categorías inferiores del club formando un corazón en la Ciutat Esportiva. ‘La Masia late con fuerza’, era el eslogan. Fantástico. El club calificaba de “extraordinaria” la temporada de la cantera, después de haber ganado 17 títulos de Liga. Y elogiaba que los chicos y chicas conquistaran esos trofeos con el ADN propio del club: estilo y valores. Todo eso está muy bien. Y dice mucho, por supuesto, del trabajo que se está haciendo en el fútbol base. Pero existe un grave problema: estos chavales no tienen futuro en el primer equipo blaugrana. Por eso deciden irse. Como ha hecho el juvenil Mboula, que acaba de fichar por el Mónaco. El Barça se ha embolsado 3 millones de euros. Pero ha perdido a uno de los extremos más prometedores. Después de haberse forjado durante 9 años en todas las categorías inferiores de la entidad, Mboula ha preferido el proyecto del Mónaco al del Barça. Y ese es el problema. 

El ‘caso Mboula’ es un síntoma. Un mal síntoma. Si los futbolistas jóvenes, formados en la cantera, sienten que tienen las puertas cerradas del Camp Nou, se multiplicarán las fugas. La apuesta por la cantera debe ser real. No solo un eslogan. Y transversal. Debe impregnar todos los estamentos del club. Y debe ser aplicada a rajatabla. Dando oportunidades a los jugadores de la casa antes de fichar a suplentes que solo sirven para hacer de fondo de armario. Por supuesto, el primero que debe creer en la cantera debe ser el entrenador del primer equipo. Como hizo Guardiola. ¿Lo hará Valverde? De momento, se ha escapado un futbolista con futuro. Tal vez sea el último. O no…