Mi verdad

La Masia está en crisis, ni produce ni vende

El Valencia ha confirmado la incorporación de Montoya

El Valencia ha confirmado la incorporación de Montoya / sport

Josep Mª Casanovas

De la misma manera que en múltiples ocasiones hemos elogiado con justicia a la cantera del Barça, ahora toca reconocer que La Masia vive momentos de crisis ya que ni produce jugadores para el primer equipo ni consigue vender a los que no encajan por un precio de mercado. De aquellos tiempos en que presumíamos con orgullo de la mejor fábrica de jugadores del mundo a la actualidad, hay mucha diferencia. En tiempos de Tito Vilanova, noviembre 2012, llegó a jugar un partido de Liga la siguiente alineación formada por once jugadores de casa: Valdés; Montoya –sustituyó a Alves por lesión en el minuto 15–, Piqué, Puyol, Alba; Busquets, Xavi, Fàbregas; Iniesta, Pedro y Messi. Ahora resulta que la cantera ya no produce defensas como antaño y hay que ir a buscar a Francia a Umtiti y Digne. Entre una mala planificación ya enmendada, la caída del Barça B a Segunda B, la sanción de la FIFA y unos años de mala cosecha de promesas, es evidente que La Masia no pasa por su mejor momento.

El otro problema es que tampoco se venden bien los jugadores con ADN Barça a pesar de su buena técnica reconocida. Es triste comprobar que el Madrid ha vendido a Jesé por 25 millones y el Barça solo ha sacado ocho por Bartra. Tampoco se ha recuperado lo invertido con Sandro y Montoya, que se han ido gratis. En este capítulo somos reincidentes. Thiago se fue por un precio de ganga por culpa de una cláusula mal puesta, igual que Bartra. Deulofeu recaló en la Premier por un precio por debajo del mercado. El fútbol profesional tiene una asignatura pendiente: saber planificar una estrategia para que las promesas que apuntan alto no chupen banquillo en el Camp Nou y progresen en clubs donde jueguen cada domingo. El caso positivo de Denis Suárez debería repetirse ahora cediendo a Samper. La Masia tiene que recuperar pronto el papel de fábrica de jugadores para limitar la política de fichajes a contratar cracks que marquen diferencia, tipo Luis Suárez y Neymar.