Más regularidad sin perder la esencia

De Jong

De Jong / JAVI FERRÁNDIZ

Gerard López

Gerard López

El Barça se mide esta tarde a un Slavia que ya evidenció en Praga que es un equipo muy físico, de ida y vuelta. Son este tipo de contrarios los que le están creando más problemas al conjunto azulgrana, que necesita volver a tener el control de los partidos. El ‘efecto Camp Nou’, donde no se ha escapado ningún punto, y el hecho de que se trata de un rival que conoces bien después de haberte enfrentado a él hace poco tiempo deben empujar al equipo a regresar a los orígenes y recuperar la esencia del estilo.

Regularidad es la palabra clave, y más ante equipos como el checo, que te vienen a buscar y que físicamente te aguantan lo que sea. No tienen nada que perder, asumen su inferioridad técnica y plantean el cuerpo a cuerpo; es en ese momento cuando tú debes imprimir al equipo un punto más de calma, que el protagonista sea el balón y que desde la posesión consigas hundir al rival en campo contrario, que poco a poco se vaya echando atrás. Y es que los adversarios le han perdido respeto a este Barça, y eso sucede por creer que ganarás los partidos por inercia, por el hecho de contar con el mejor del mundo para que te resuelva la papeleta. Leo Messi siempre sale al rescate, es un lujo tenerlo, pero este equipo tiene que volver a imponer respeto. 

Los Osasuna, Granada, Levante y compañía que antes el Barça goleaba sin contemplaciones, ahora te vienen a presionar muy arriba porque el fútbol ha evolucionado mucho en este aspecto y toca adaptarse, pero siempre con las armas que han hecho del Barça un equipo reconocible.

Fomentar la competencia

Es el Barça quien debe presionar arriba, incomodar desde la salida del balón del adversario. Piernas hay en la plantilla para dar un paso adelante y volver a los orígenes. Sergio Busquets  te aguanta el equipo con su inteligencia táctica, Arturo Vidal y De Jong saben apretar cuando es necesario, y los defensas y los delanteros también tienen que aplicarse. En definitiva, recuperar el balón para tenerlo más tiempo. 

El objetivo tiene que ser que el equipo no se alargue tanto y no sufra en la medular. No puede fomentar las transiciones de la defensa al ataque sin pasar por el centro del campo, sin participar en la construcción. El Barça está diseñado para tener el balón y debe saber a lo que juega, tener un plan B y hasta un plan C si falla el A.

Para ello también es necesario fomentar la competencia. La planificación este verano llevó al equipo a fichar y subir jugadores con este objetivo. No es normal incorporar a un lateral izquierdo que cueste 30 millones contando las variables y que el día que das descanso al titular (Jordi Alba) no esté ni en el banquillo, como es el caso de Junior; o el de Aleñá, que solo jugó la primera parte del debut en Bilbao o un Wagué aún sin estrenarse; para no hablar de Dembélé, que se lesiona Suárez y ni ha viajado con el equipo...

La ausencia de Luis Suárez

En este sentido, el Barça va a echar de menos al uruguayo, esperamos que por poco tiempo. Luis es el primero en la presión, provoca la pérdida del rival y es el goleador por excelencia. El Barça no ha encontrado a otro ‘9’ los últimos años, con experimentos fallidos como el de BoatengGriezmann tiene muchas cualidades, pero no es un ‘killer’ nato.

La conclusión es que las cosas se tienen que hacer con cabeza, tener claro el ABC futbolístico. Ser un equipo que defienda en campo contrario, porque no está acostumbrado a hacerlo en el propio. En el Camp Nou hemos llegado a ver este Barça en ocasiones, pero es la regularidad la que te libera de la sensación de estar tirando continuamente una moneda al aire.