Más pulmones
Anda el Barça de menos a más tras haber jugado diez partidos. No hay duda de que las inoportunas lesiones de Suárez y, sobre todo, de Messi, han condicionado este irregular inicio del ejercicio 2019-20. Y también, claro, la peculiar pretemporada que ha traído consigo la modernidad del fútbol. Para pagar a los futbolistas hay que viajar al fin del mundo y competir desde el día 1 en torneos que alegran los agostos y destrozan los septiembres
Centramos el debate en el centro del campo barcelonista. El tridente y la evolución del método han modificado la idea original hacia escenarios de más vértigo que pausa. Como consecuencia de la pérdida de muchos de los conceptos esenciales del juego de posición, el Barcelona prioriza el intercambio de golpes al control del juego desde la posesión. Se trata de dominar las áreas confiando en el talento de Messi y Ter Stegen. La apuesta es arriesgada porque, en Europa, la experiencia ha mostrado en los últimos tiempos la cruz de la moneda.
Sin balón, el Barça sufre. Como los tres delanteros no presionan con la intensidad que requiere el fútbol de primer nivel, el centro del campo queda muchas veces en inferioridad numérica hecho que provoca que la línea defensiva azulgrana, para protegerse, se defienda corriendo hacia atrás (todo lo contrario de lo que se hacía no hace tanto). No es extraño, en este escenario, ver como Piqué o Ter Stegen se convierten a menudo en los mejores jugadores del Barça. Con el equipo tan estirado todo puede pasar: con espacio, los de Ernesto Valverde pueden ser letales en ataque pero, también, vulnerables en defensa. ¿Les suena la película?
Hacen falta piernas
De lo que no hay duda es que, jugando así, al equipo le hacen falta piernas. No son los 31 años de Sergio y Rakitic o sus 700 partidos como profesionales, los que amenazan sus titularidades. Demasiados metros por cubrir. Ni las mejores versiones de Xavi e Iniesta hubieran soportado un rendimiento óptimo en estas condiciones.
El Barça 2019-20 necesita energía para ir y venir, para tratar de correr en espacios abiertos tanto en ataque como en defensa. Y en este escenario parece que la llegada de De Jong, con 22 años y unas piernas privilegiadas, va a acortar la carrera del croata en el Barcelona. Y veremos si, también, la de Sergio. Al lado del holandés, Arthur es joven (23 años) y complementa bien aunque no hay que olvidar que Sergi Roberto (27) ha tenido, hasta el momento, tanto protagonismo como el propio futbolista brasileño.
Su retorno al centro del campo tiene mucho ver con la puesta en escena que Valverde quiere para su Barça. En esta línea, hasta Arturo Vidal (32) parece haber recuperado sus opciones. El caso de Aleñá (21) es diferente. Cortita y al pie: a su entrenador no le gusta.
Pulmones y músculo. La cacareada evolución. En fin...
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