Más allá de Dembélé y Cillessen

Sin duda, el último partido de la fase de grupos de la Champions será recordado por el golazo que Dembélé se sacó de la manga. Es bueno para Dembélé que la polémica por su última indisciplina horaria haya quedado superada por una jugada y un gol de estas dimensiones. Pero más allá del protagonismo que Ousmane ya tenía adjudicado desde antes de que empezara a correr el balón, creo que es importante incidir en la actitud colectiva del equipo y el rendimiento de muchos jugadores que no son habituales en las alineaciones de Valverde. Piensen que era un partido en el que el Barça no se jugaba nada y al Tottenham le iba la vida. Piensen que el rival era uno de los grandes de la Premier y un notable de Europa, que lo de ayer no eran rotaciones de trámite. Pues bien, sin Piqué, sin Alba, sin Suárez, medio partido sin Busquets y más de medio sin Messi, el equipo B del Barça tuteó a todo un Tottenham y si no le ganó, fue porque los postes devolvieron dos disparos de Coutinho, por ejemplo.

El fondo de armario

Llevamos varias temporadas reclamando una plantilla fiable mucho más allá del extraordinario equipo de gala que sin duda tiene el Barcelona. El famoso fondo de armario que pueda ir dando aire a los titulares durante la temporada sin que el rendimiento descienda de forma notoria. Pues bien, ayer fue un buen día sobre el particular. Empezando, sin duda, por Cillessen, un porterazo que hizo sufrir lo indecible a Pochettino con sus paradones. Con el holandés podemos estar tranquilos, ha estado impecable siempre que ha jugado y ayer compartió protagonismo con Dembélé. Pero también hay motivos para el optimismo con Semedo, que se ha asentado en el lateral derecho en ausencia de Sergi Roberto. Con Lenglet, por supuesto, garantía ya contrastada en el centro de la defensa. Y con Miranda y Aleñá, exponentes de una cantera a la que hay que dar cancha para mantener la ilusión de los que han de ser el futuro del Barça.