8 de marzo, el día de la mujer

Para mí el atletismo es el deporte más bonito y más completo del mundo. Dentro de él apenas podemos percibir diferencias entre el género masculino y femenino. Tal vez sea uno de los deportes donde más objetividad e igualdad existe. 

La última diferencia que nos quedaba era en la marcha. La categoría masculina existe desde el año 1908, sin embargo la mujer empezó a practicarla en 1979 y hasta los JJOO de Barcelona en 1992 no entró en el programa olímpico, primero con 10 km y a partir de Sidney 2000 con los 20 km.

Pero faltaba subir el último peldaño, los hombres con dos pruebas de 20 y 50 km, y nosotras solo 20 km.  ¿A caso no somos capaces de aguantar la dureza y la duración de una prueba como los 50 km? En 2017, concretamente en el Mundial de Londres, se pudo demostrar que sí somos muy capaces. Hace menos de dos años se dio ese primer paso tan necesario hacia algo que merecíamos tener.

Me llena de orgullo y de satisfacción ser una de las pioneras de un hecho histórico como la inclusión de esta disciplina dentro del atletismo. El Campeonato de Europa de 2018 fue una de las experiencias más maravillosas que viví ganando una medalla de bronce para España en los 50 km marcha. 

Todavía seguimos a la espera de la decisión por parte del Comité Olímpico Internacional para ver si los 50 km marcha femenina se convierte en prueba olímpica. Cuando consigamos ese reto podremos hablar por fin de igualdad en el atletismo, obteniendo las mismas oportunidades. Cada vez estamos más cerca gracias el espíritu luchador que las mujeres poseemos, y es un honor pertenecer a este pequeño grupo que hace que las cosas cambien y demuestren nuestra capacidad de lograr todo lo que nos propongamos.