MI VERDAD

Martino y Neymar no viven su mejor semana

Josep Maria Casanovas

EL FUTURO DE MARTINO. Ni Martino era el entrenador ideal del Barça hace un par de meses ni ahora es un técnico sin personalidad ni criterio. No hay que dejarse influenciar por el último resultado. No todo es blanco o negro, hay muchas tonalidades de grises. Viene esto a cuento de que el Tata está viviendo una mala semana. Se equivocó en San Sebastián de una forma tan evidente que le han llovido palos de todos lados. Hasta los jugadores han escondido la cabeza bajo el ala dejando solo ante el peligro a su jefe, cuando la verdad es que ellos también tienen buena parte de culpa de lo sucedido en Anoeta que llevó consigo la pérdida del liderato. Menos mal que al final ha tenido que ser el bueno de Iniesta el que saliera en defensa de su entrenador con unas palabras que le honran. Tenemos la sensación de que a Martino la grandeza del Barça le viene grande. No está acostumbrado al poder mediático del club, estaba habituado a trabajar con menos presión y le sorprende que cualquier decisión sea analizada con lupa y juzgada en diversas tribunas. El futuro del Tata lo marcará el marcador, los títulos que se consigan a final de temporada. El Barça, desde la temporada 2007/08, gana como mínimo un título cada año lo que ha puesto el nivel de exigencia muy alto. El año que no se gane nada se considerará una decepción teñida de fracaso. Esta es la guillotina que pende encima de la cabeza del argentino.

EL PRESENTE DE NEYMAR. Neymar tampoco vive su mejor semana. Las cosas no le salieron bien en Anoeta y encima toda la polémica que ha desatado las consecuencias fiscales de su fichaje le agobian y le quitan el sueño. El brasileño no entiende nada de todo el follón que se está armando a su alrededor. Sabe que esto a la larga es una presión añadida, un mayor nivel de exigencia para su juego. Su padre, que sigue de cerca el problema como una víctima más, cenó con el presidente Bartomeu para intentar aclarar la situación. Están metidos en una espiral que nunca podían imaginar y cuyas consecuencias finales no vislumbran. Nos preocupa que todo esto pueda hacer mella en el jugador y que afecte a su rendimiento. Sería injusto. Los compañeros le deben arropar más que nunca para evadirle de una polémica que jamás pudo imaginar. Hay que ayudar anímicamente a Neymar para que juegue tranquilo, para que no sufra por una disputa judicial en la que no tiene ninguna responsabilidad ni culpa.