MI VERDAD

Martino aprueba el máster más difícil de su vida

Josep Maria Casanovas

CAMBIO ESPECTACULAR. La única ley inamovible en el fútbol es la ley del marcador. Un equipo vale por lo que gana. De perder ante el Valladolid a ganar en Madrid, media un abismo. El triunfo en el Bernabéu y sobre todo la superioridad demostrada frente el líder, explican que el panorama barcelonista en una semana haya experimentado un cambio espectacular. El Tata Martino ha dado una patada a las dudas confirmando que cumplirá su contrato que incluye un año más. Leo Messi ya sabe, por activa y por pasiva, que le van a pagar lo que se merece. El presidente Bartomeu ve cómo se aleja el fantasma de las elecciones y se acerca la victoria en el referéndum. El bueno de Iniesta vuelve a disfrutar de su mejor juego una vez recuperado anímicamente de sus problemas personales. Pero, a partir de aquí, mucho ojo con no volver a las andadas. El Barça no ha ganado nada todavía, solo un partido importante. Tenemos jornada doble de Liga esta semana, hoy el Celta, el sábado a un horario traidor, las cuatro de la tarde, el Espanyol. Si se quiere ganar el título, toca vencer los nueve partidos que restan. Los tres puntos en juego esta noche en el Camp Nou tienen el mismo valor que los del Bernabéu. Nada de relajarse ni pensar que lo importante ya está hecho. 

BUENA NOTA DE MOMENTO. A día de hoy la continuidad de Martino está garantizada excepción hecha de si se desencadena una racha negativa de resultados de aquí a final de temporada que tirara por la borda todas las ilusiones. No contemplamos tal posibilidad. El Barça está mentalizado para seguir peleando por los tres títulos y está capacitado para levantar más de uno. El técnico argentino está terminando con éxito el máster de conocimiento del fútbol español. Lleva ocho meses de inmersión profunda, de adaptación acelerada, de experimentación sobre la marcha. La prueba más difícil de su vida. El salto a Europa siempre es difícil, pero aterrizar en el Camp Nou todavía es más complicado. Y cuando faltan solo dos meses para que acabe este máster que no se enseña en ninguna Universidad, que no se aprende en los libros y que no se puede copiar de Internet, el Tata puede estar contento porque sus resultados son de nota alta. Cuando le llamaron de urgencia el verano pasado habría firmado estar como está con los ojos cerrados. Falta lo más difícil, rematar el trabajo.