Márquez, un campeón sencillamente genial

Marc se ha impuesto en un campeonato apoteósico, espectacular, que ha ganado porque lo ha merecido más que nadie, por ambición, carácter y regularidad

Marc, eufórico tras conquistar su séptimo título

Marc, eufórico tras conquistar su séptimo título / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Impresionante. Puedo buscar más adjetivos para resumir el séptimo título de Marc Márquez, el quinto en MotoGP con 25 años, pero no encuentro otro mejor que reúna todos los ingredientes de un campeonato apoteósico, espectacular, que ha ganado porque lo ha merecido más que nadie, por ambición, carácter y regularidad. El espectáculo que nos ha ofrecido, esta mañana también en Japón, ha sido sublime. Me quito el sombrero. Es un gran campeón y, sobre todo, muy merecido. Aparte del episodio de Argentina y la caída de Mugello, su peor resultado es un tercer puesto. Insisto: IMPRESIONANTE.

Marc ha sido inteligente después de una gran salida y se ha colocado a rueda de Dovizioso, un gran rival por segundo año consecutivo. Mediada la carrera lo ha intentado, no exento de llevarse un buen susto, pero ante la reacción de su adversario ha ido cocinando su victoria a fuego lento. Esperaba el momento de la verdad para clavarle la estocada al italiano. Ha llegado a dos vueltas del final. No quería jugárselo a cara o cruz en el último giro. Cuando Andrea ha visto que le pasaba ha visto como se le esfumaba la victoria y ha echado el resto. Quería, tenía, iniciar la última vuelta delante y ha apretado tanto que se le ha ido la moto de delante y se ha ido por los suelos. La suerte estaba echada.

Un brillante Márquez se ha anotado su séptimo título, escalando al séptimo nivel. Todos, me incluyo, apostamos hoy porque la carrera de Marc será más prolífera. No quiero lanzarme a la piscina y aventurarme a apuntar si va a dar caza a los nueve de Valentino Rossi, los 12+1 de Nieto o los 15 de Agostini, que ya son palabras mayores, pero sí tengo claro que ya forma parte del reducido grupo de los mejores pilotos de la historia. Además, no recuerdo una época en la que haya habido tanta igualdad mecánica entre diferentes fabricantes y, por otro lado, tampoco creo que la Honda sea la moto dominante. De hecho, hay que comparar las prestaciones del de Cervera con el resto de pilotos que llevan una HRC oficial y estaremos de acuerdo que las manos del piloto son determinantes.