Y María se subió al podio

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Javier Giraldo

Javier Giraldo

Ni Abel Antón ni Martín Fiz ni Fermín Cacho: la única medalla que el equipo español de atletismo ganó en los JJ.OO. de Sydney la obtuvo María Vasco en los 20 kilómetros marcha.

Muy pocos lo hubieran adivinado un mes antes, cuando se presentó la equipación oficial del combinado español en vísperas del campeonato de España que se iba a disputar en Montjuïc. Ni siquiera ella. “Me conformaba con estar entre las ocho primeras. No tenía ni idea de lo que iba ocurriendo por delante”, declaró, eufórica, tras cruzar la meta en Sydney.

Lo que ocurría por delante era que los jueces habían descalificado a la australiana Jane Saville cuando estaba a punto de ganar el oro. Esa decisión dejaba a María Vasco en la tercera plaza: se enteró gracias a uno de los cámaras de televisión que cubría la carrera en moto. “Me lo dijo a falta de un kilómetro para la meta. Yo no me lo creía. Le dije que no me engañase, que con eso no se jugaba”. Ya en el estadio, los médicos le confirmaron que iba a ganar el bronce. “Siempre le dije a mi familia que no me retiraría sin una medalla”, explicaba después. Fue la primera mujer española que se subió a un podio olímpico en atletismo.