Y Marc vuelve a correr hacia la luz

Márquez, junto a Santi Hernández

Márquez, junto a Santi Hernández / EFE

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Una de las escenas más inquietantes de la película Poltergeist es aquella en la que la niña Carol Anne se coloca delante de un televisor con la pantalla chisporroteante cubierta de nieve estática, y de repente exclama un enigmático “ya están aquíiiiii” que se ha hecho famoso en la historia del cine.

De algún modo los habitantes de la parrilla de MotoGP deben sentirse estos días como la prota de la peli producida por Spielberg, sobre todo después del comunicado del equipo Repsol-Honda que el pasado sábado nos obsequió con el anuncio de la vuelta de Marc Márquez al ruedo este fin de semana.

Con su regreso, el mundial recupera a su estrella más rutilante un año después de que tuviera que apartarse de los focos por culpa de una lesión que, aun siendo menos grave que el problema que tuvo con la vista cuando corría en Moto2 en 2011, le ha incapacitado de un modo muy limitante durante mucho más tiempo.

Hace unas semanas alguien del entorno del de Cervera me dijo: “Marc está mentalmente a punto para volver. Pero otra cosa es que su brazo lo esté y que la placa no salte por los aires en una frenada contundente. Ahora ya no es algo controlable por la práctica médica, sino por las leyes de la física”.

Sólo el piloto sabe a ciencia cierta si está a punto para “correr hacia la luz”, como en la película de los fenómenos paranormales. Y, por supuesto, no hay nadie legitimado para cuestionar su decisión.

Márquez es de los que no da puntada sin hilo, y su entorno suele tomar decisiones acertadas en todo lo referente a lo deportivo. Otra cosa son las formas cómo lo comunican, pero hoy no estamos para valorar esto.

Aparentemente, volver en Portimao es delicado. El circuito del Algarve es un trazado tan espectacular como complejo, especialmente para la labor del pilotaje. Con una sucesión de desniveles considerable, la pista lusitana presenta algunas frenadas muy intensas en las que la torsión de los chasis es puesta a prueba porque estas aparecen en zonas de bajada donde las horquillas llegan al máximo de su compresión y son los brazos de los pilotos los que deben garantizar la máxima sujeción. Pero Marc y su equipo son súper profesionales, y esto ya lo saben. Y además no olvidemos que fue este escenario, y no otro, el que escogieron para hacer la última prueba para decidir si iban o no a Catar. Y no fueron. Pero ya han pasado algunas semanas de ello, y cada segundo que transcurre la recuperación del multi-campeón está más consolidada.

Hay que recordar, no obstante, la frase con la que terminaba el comunicado de la pasada semana: “asumiendo el riesgo razonable implícito a su actividad deportiva”. Ahí está la clave de todo. Del regreso precipitado en el GP de Andalucía pasado, y de este mucho más sosegado y meditado.

Lo fácil, lo mediático, lo que tal vez hubiera hecho otro piloto en su lugar hubiera sido regresar en esa zona de confort que es el circuito de Jerez, el patio de su casa. Pero lo de Márquez es un Poltergeist en toda regla; un verdadero fenómeno paranormal. “Ya están aquíiiiii”. Temblad, que vuelve el papu.