¡La maleta de Roland Garros!

La pista Philippe-Chatrier de Roland Garros

La pista Philippe-Chatrier de Roland Garros / EFE.

Alex Corretja

Alex Corretja

Jugar en París siempre era un reto, y el desafío empezaba en mi casa a la hora de hacer el equipaje. Cuando preparaba mis cosas para ir a jugar el torneo parisino, que en mi opinión es la cita más exigente del circuito, lo importante no era cuántas camisetas me llevaba o qué cantidad de pantalones, calcetines, etc, necesitaba. Había algo que superaba todas esas cuestiones: LA PACIENCIA. ¡¡¡METER MUCHA PACIENCIA!!! A partir de ahí, era básico no olvidarse de llenar la maleta con lluvia, viento, calor, frío y, así, un sinfín de cosas antes de llegar a la Ciudad de la Luz donde realmente empezaba la auténtica competición. 

Poco importaba cómo había jugado en los torneos previos en la gira de tierra batida. Si bien me daban una idea de mi estado de forma, en París parecía que todo empezaba casi de cero. Mis sensaciones eran muy cambiantes, los rivales cada día eran distintos, las pistas donde competíamos eran diferentes, y el ambiente en la grada también podía ser muy diverso. 

En 1998, disputé el partido más largo de mi carrera frente al argentino Hernán Gumy (5 horas y 31 minutos). Hubo de todo en ese encuentro: puntos interminables, nervios para dar y vender, interrupciones por lluvia e, incluso, dejamos el partido a medias con dos “sets” iguales por falta de luz. Para mí la clave es que mi bolsa de competición estaba preparada con todo lo que requería. Sentirme horrible durante el partido era lo de menos, el objetivo era ganar como fuera y al final lo conseguí por 9/7 el 5nto “set” y se convirtió en el partido más largo de la historia del torneo llegando a ser récord ‘Guinness’ en aquel momento. 

Pero si algún encuentro puso a prueba de “bomba” mi capacidad de adaptación, fue el de cuartos de final de 2002 contra el rumano Andrei Pavel. Dominaba por dos “sets” a cero y perdía 4-5 en el tercero cuando la lluvia hizo acto de presencia. Hasta ahí todo bastante normal si no fuera porque a Pavel durante ese parón le llamó su mujer diciéndole que estaba casi de parto. Total, que Andrei se me acercó y me dijo, “aprovecho que está lloviendo y que la previsión del tiempo es mala para irme a Alemania y ver el nacimiento de mi hijo, si nos llaman a jugar habrás ganado, total, ya estás a punto de hacerlo”. “Claro, claro, lo entiendo perfectamente. ¡LÁRGATE YA!” le dije yo celebrándolo internamente.

¿Os podéis creer que siguió lloviendo toda esa tarde y todo el día siguiente? No pudimos entrar a jugar ni siquiera cinco minutos que me hubieran dado la victoria por abandono. Dos días más tarde llegué al club con un sol radiante y me encontré a mi rival en los sofás de los vestuarios durmiendo a las nueve de la mañana. Jugábamos a las once. Un rato más tarde pude felicitarlo y también observar su cara de cansancio. Una vez en pista mi misión era desgastarlo desde el minuto uno hasta conseguir la victoria, por suerte encadené 3 juegos consecutivos y mi “estrés” acumulado se relajaba al vencer y meterme en semifinales. 

Curiosamente, la maleta de Roland Garros, no deja de ser una metáfora de lo que acaba siendo la vida, más vale que metamos de todo, ya que nunca sabemos qué acabaremos necesitando.

¡Força Ernest!

Hoy en este espacio le quiero dedicar estas líneas a la persona que me dio la oportunidad de escribir la contraportada de SPORT, su director Ernest Folch, justo cuando acaba de superar una delicada operación de corazón. Hace unos meses cuando nos reunimos por primera vez los dos coincidimos que lo más importante en la vida era la salud y que el resto tenía un papel secundario. Ahora, más que nunca, se pone de manifiesto.

Roland Garros ya tiene su propio ‘techo’

Después de mucho tiempo y una cantidad de retrasos innumerables de partidos en muchas ediciones, esta semana por fin hemos podido ver ya el techo retráctil de la pista central. Por otra parte, además, me gusta su optimismo de cara a la celebración de la edición de este 2020. “El objetivo es tener público, pero podremos organizar Roland Garros sea cual sea la opción elegida, incluido el evento a puerta cerrada” declaraba Jean-François Vilotte, vicepresidente de la Federación Francesa de Tenis.