La maldición de Poulidor

Acosta, durante la carrera de hoy en Austria

Acosta, durante la carrera de hoy en Austria / MOTOGP

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Siempre se ha dicho que la grandeza de un deportista se mide por el tamaño y prestigio de sus rivales. Ganar al mejor sirve, sobretodo, para aumentar la autoestima… e incrementar la cotización de la victoria propia. De ahí que los campeones más listos se caractericen por su generosidad a la hora de ensalzar las cualidades de sus rivales.

Mientras todos los focos mediáticos están centrados sobre la categoría reina de MotoGP, y con una división intermedia -Moto2- un poco anodina, la clase “pequeña” -Moto3- tiene esta temporada la virtud de ponernos en órbita apenas arrancada la matinal de cada domingo. Sobretodo por un chaval de 17 años que ha irrumpido en los GP como un ciclón, con la misma intensidad de los grandes héroes de hoy en el momento de su estreno. Sino con más.

Anda todo revuelto por la incursión de Pedro Acosta y su descaro que,

por insolente, no hace sino alegrarnos la vida con su bocanada de aire fresco.

Con 11 carreras en el zurrón del almanaque, el de Mazarrón ha ganado ya cinco de ellas. Un record inédito para un debutante en la categoría de los lazarillos más pícaros. Su némesis, Sergio García Dols -un “veterano” de 18 años que aborda su tercera campaña en Moto3- se ha adjudicado tres este año. Ocho entre los dos, de once. De nuevo un mano a mano de aquellos que polarizan a la afición, y que la hacen crecer. Un Sito-Garriga para una generación que ni sabe quiénes fueron, ni les interesa.

Desde que el Burriana se acogió al amparo de alguien tan listo en ese hábitat como es Jorge Martínez “Aspar”, su clase emergió a la superficie como un geiser de tal modo que, de no haber coincidido con Acosta, hoy nadie cuestionaría que es el máximo aspirante al título de este 2021. Pero García -un piloto no bueno, sino buenísimo- ha tenido la misma desgracia de quienes en trial, por ejemplo, les tocó la “suerte” de coincidir con una bestia como Toni Bou.

En las últimas carreras, cuánto mejor (y más calculador) fue Acosta, más ha destacado Sergio. Si analizamos las siete últimas el promedio de puntos del valenciano (18’7; 3 victorias; 131 puntos) supera al del murciano (14’4; 2 victorias; 101 puntos) tras su inicio arrollador.

Los 41 que les separan en la tabla le siguen otorgando las llaves del cielo a Pedro, pese a que en las tres últimas citas García ha sumado 65 puntos y Acosta 51.

Uno descubre Silverstone, otro tiene la obligación de graduarse en tierra de universidades. “Aquí sólo se divierte el que gana”, me decía el Tiburón. Odian el segundo peldaño. La maldición de Poulidor. Nos espera un final de año apasionante en Moto3. Apenas un tráiler, un avance de un futuro arrebatador.

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