Malcom no ha venido a quitarle el sitio a Dembélé

Dembélé y Malcom son complementarios.

Dembélé y Malcom son complementarios. / VALENTÍ ENRICH

Toni Frieros

Toni Frieros

El fichaje de Dembélé todavía está en fase de análisis y estudio. Ha transcurrido la primera temporada de cortesía (donde el jugador estuvo en el box de reparaciones durante más de tres meses), también el prudente tiempo de adaptación y será a partir de esta temporada cuando los socios y seguidores del Barça podrán ser más exigentes con el rendimiento del ambidiestro delantero francés. Ojalá que la presencia en el vestuario de Éric Abidal ayude a ese tránsito desde la mediocridad inicial al éxito final y Ousmane Dembélé se integre dentro y fuera del terreno de juego para acabar demostrando por qué el FC Barcelona apostó por él antes que por otros futbolistas más maduros y contrastados traspasando la espectacular barrera de los 100 millones de euros.

Y hete aquí que cuando debe llegar la hora de la verdad de Dembélé, va el Barça y contrata los servicios de Malcom. Y claro, se asocia la llegada del brasileño con competencia directa para el francés. Si y no. Hay que entender una cosa desde el punto de vista táctico del equipo de Valverde. Con la salida de Iniesta, la apuesta del técnico para sustituirle será Coutinho, jugador diestro que jugará por la izquierda con una clara misión de desequilibrar y potenciar su extraordinario disparo. Por la derecha, al Barça le hace falta ese mismo doble perfil, porque no lo tenía. Un futbolista que actúe a pie cambiado, tenga facilidad en el uno contra uno y esté dotado de gran disparo. Ese hombre es Malcom. Dembélé es un jugador para partidos largos, con espacios, para darle velocidad a la delantera y llegar hasta la línea de fondo. El Barça adolecía de ese juego potente por la derecha que sí tiene con Jordi Alba y Coutinho. Dembélé y Malcom son complementarios. El equipo necesita tener dos primeros espadas para cada posición del campo si quiere volver a mandar en Europa, su gran asignatura pendiente.