Mal negocio si Messi propicia que el Madrid fiche a Mbappé

Mbappé Messi

Los dos cracks, charlando en el entrenamiento del PSG / PSG

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Nubarrones en Can Barça. No hay motivos para el pesimismo pero tampoco para el optimismo. El pasado es terrible, el presente complicado y el futuro limitado. Cuando falla la economía, todo se viene abajo. Actualizando el aforismo inglés, “no news es bad news”. Malas noticias por lo que respecta al cierre del mercado de fichajes. No se van los jugadores que sobran y no hay dinero para fichar los crack que faltan. La plantilla se parece demasiado a la de la pasada temporada… sin Messi. El club pierde protagonismo internacional, afronta una temporada de transición donde hay que olvidarse de la Champions para centrarse en la Liga. No se pueden pedir peras al olmo.

Es triste ver al Barça lejos de los clubs que imponen su ley en Europa. Es una sensación deprimente, mitad frustración, mitad fracaso. Por primera vez en mucho tiempo se ha convertido en comparsa en el mercado internacional. No puede competir con el talonario del PSG. Esta lejos del potencial del City de Guardiola. No tiene la estabilidad del Bayern. Ni los recursos del campeón Chelsea. Los deseos de la junta directiva de Laporta no casan con la realidad. Están atados de pies y manos. Hipotecados por contratos millonarios fuera de mercado y unas deudas que no permiten alegrías. Hasta Koeman se ha quejado de tener una plantilla que no responde a lo prometido.

El problema es que esta situación precaria puede ir a peor en función de lo que pase hasta de aquí al cierre del mercado el martes. El Barça no contempla fichar a nadie, centrará sus esfuerzos en facilitar salidas como sea. El Madrid por el contrario está cerca de dar el golpe del verano. No es cuestión de compararnos con nadie, pero puede producirse un contraste brutal con el máximo rival. Uno de esos golpes de efecto anímicos que disgustan al socio barcelonista. Sería duro que el Madrid fichara a Mbappé un mes después de que Messi se fuera por sorpresa del Barça. Pero todavía es más dramático reconocer que el fichaje del crack argentino por el PSG puede propiciar la llegada del crack francés al nuevo Bernabéu.

Esta jugada era previsible desde el momento en que Leo aterrizó en Paris. A partir de entonces Mbappé se negó a renovar por los petrodólares a pesar de que el jeque de Qatar le ofrecía el moro y el oro. Tiene ambición de líder y no quiere ser acompañante de Leo y Neymar. Para el Barça es un mal negocio tenerlo como adversario reforzando al máximo rival. Cada día está más claro que la marcha del mejor jugador del mundo de Barcelona puede ser determinante para que Mbappé acabe jugando con Benzema. El PSG se evita el problema del “fair play” financiero de la UEFA y recuperan los 180 millones que pagaron al Mónaco cuando el próximo verano se podría ir libre. No se puede culpar al Barça de que Mbappé acabe en el Madrid, pero es evidente que si Messi continuara en el Camp Nou esta carambola no se hubiese producido. Aquí nos hemos quedado sin crack y allí presumen ya de tener un futuro Balón de Oro. No queremos pensar que todo sea una jugada maquiavélica de Florentino.

Haaland, del Barça al PSG

El día que Mino Raiola vino a Barcelona en campaña de relaciones públicas para “vender” a Haaland al mejor postor, muchos se hicieron ilusiones. Laporta se entrevistó con él y se dispararon los rumores. El mejor goleador de Europa, por juventud y talento, es un crack codiciado que tiene fecha de caducidad en el Borussia de Dortmund. Pero lamentablemente es fruta prohibida para los barcelonistas. Con Dembélé y Coutinho se cerró la etapa de comprar a golpe de talonario. Aquello llevó a la ruina al club. El representante italiano que se ganó la vida de joven vendiendo pizzas, pronto se dio cuenta que el Barça no era club comprador y tampoco quiso oír hablar de un trueque por Dembélé o Griezmann. Ahora Raiola intenta colocar su diamante en bruto al PSG como sustituto de Mbappé. En 48 horas de plazo hasta el cierre del mercado parece una operación imposible pero no descartable para los amos de Qatar. Haaland flipa ante la posibilidad de jugar con Messi y Neymar. Raiola se frota las manos pensando en los 40 millones de comisión que se puede repartir con el papa del jugador. El goleador noruego acabará jugando donde más paguen. El fútbol europeo ha entrado en una dinámica donde el poder financiero dicta su ley con los fondos de inversión al acecho. El Barça soñó con fichar a Haaland pero se tiene que conformar con Braithwaite. No manda la dirección deportiva, manda la gerencia.