Mal mundial, buenas perspectivas

Dembélé

El Barça quiere renovar a Dembélé / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

El balance del Mundial para el Barça es aparentemente negativo. Digámoslo claro: no ha deslumbrado ningún jugador de la plantilla, y el único del que el club podría alardear (Messi) es justamente el que ya no está. De los que han llegado más lejos, Dembéle ha hecho un Mundial aceptable, a pesar de su mala final, y Koundé ha cumplido con solvencia pero sin brillantez. Entre los más destacados está curiosamente Jordi Alba (aunque no terminó bien contra Marruecos), y también Balde y Frenkie de Jong, que asumió el liderazgo de su selección. En un grupo intermedio están Lewandowski (que al menos se estrenó en un Mundial), Busquets, Pedri y Gavi (los tres estuvieron correctos pero por debajo de lo esperado) y un Christensen cumplidor. Más preocupante fue el rendimiento de Ferran Torres, Raphinha o Ansu, y Ter Stegen, Eric Garcia o Araujo simplemente no jugaron. Lo que es evidente es que el Mundial no ha revalorizado a ningún jugador del Barça, como mucho los ha mantenido en el punto en el que ya estaban. Si el Mundial debía servir para reivindicar la confección de la plantillla de este año, queda claro que esto no se ha producido. Sin embargo, puede hacerse una lectura en positivo. El nexo en común que tienen casi todos estos fubolistas es su escaso desgaste y, a la vez, su necesidad de reivindicarse. Es decir, energía y motivación. La competiticón de clubs les brinda ahora una segunda oportunidad para acallar las críticas y enseñar el talento que no pudieron exhibir en Qatar, y además lo podrán hacer, en la matoría de casos, en toda su plenitud física. La experiencia nos dice que suele ser mucho más difícil la gestión del "post" tras una victoria en un Mundial que no tras una derrota. Inevitablemente, los jugadores se relajan tras ganar y, si son competitivos, se enchufan cuando pierden. Por eso el partido contra el Espanyol de pasado mañana es una oportunidad inmejorable para pasar página y demostrar el alma competitiva que debe tener una plantilla como la que confeccionó el club el pasado verano. En este sentido, que el club no fiche en enero puede reforzar todavía más el papel de estos jugadores. El Barça ya ha atravesado el gran ecuador de la temporada, a partir de ahora ya solo puede centrarse en la que debemos recordar que es su misión vital: culminar su profunda reconstrucción como equipo y también como club. Cruzado el gran río del mundial, ya no hay ningún obstáculo en el camino.