MI VERDAD

El Madrid vuelve a ser el equipo del Gobierno

Josep Maria Casanovas

VUELVE EL PODER CENTRALISTA. La política no debería jugar en el fútbol, pero asusta comprobar que en el nuevo Gobierno hay mayoría absoluta de socios y simpatizantes del Real Madrid. Comenzando por el presidente Rajoy  y siguiendo por el ministro de Cultura y Deportes, Juan Ignacio Wert, que se ha definido como “hooligan” del Madrid en un artículo que firmó en el diario AS. Y para completar la terna, el Consejo de Ministros nombró ayer dos cargos más con claras vinculaciones blancas. El nuevo presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, un abogado especializado en Derecho Deportivo que desde el 2004 fue vocal del Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol, y Marta Silva, secretaria general de la junta directiva de Florentino Pérez durante dos años, que es la nueva Abogada General del Estado. Más de uno pensará, estamos rodeados de madridistas por todas partes. El palco del Bernabéu volverá a ser una concentración de poder, un `lobby¿ de negocios, un centro de decisiones. Será casualidad, pero el Barça ha ganado muchos más títulos en los siete años de Zapatero que en los ocho de Aznar.

LOS COLORES DE LOS MINISTROS. Los partidos se juegan en el campo pero hay ocasiones que desde los despachos se ofrecen goles en bandeja de oro. Se quiera o no, el club madridista va a recuperar la imagen de equipo del Gobierno. No hay un solo ministro que se declare del Barça. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría es del Valladolid. El ministro económico con fama de hombre duro, De Guindos, es del Atlético, Jorge Fernández Díaz es simpatizante del Espanyol. Hay que bajar peldaños del poder para encontrar un barcelonista confeso, Jorge Moragas, influyente jefe de Gabinete de Rajoy. De todos modos, conviene recordar que desde que en este país existen gobiernos democráticos, es decir desde 1977, aunque parezca imposible, ningún presidente del Gobierno se ha dignado a pisar el palco del Camp Nou. Si Rajoy quiere lavar este desagravio, debe saber que será bien recibido.

QUEREMOS JUEGO LIMPIO. Dicho todo esto, que nadie se inquiete, los partidos los ganan los jugadores en el campo. Eso sí, las suspicacias y el morbo estarán a la orden del día el próximo miércoles en el palco del Bernabéu. El ministro Wert tendrá que dejar la pasión en casa si acude a ver los cuartos de final de la Copa, aunque lo más probable es que le aconsejen que no vaya al Bernabéu ya que en tal caso estaría casi obligado a ir la semana siguiente al Camp Nou. En definitiva, hay que conseguir que el poder político no interfiera en las directrices deportivas, que el fútbol no se decida en los despachos, que haya juego limpio. La rivalidad Barça-Madrid es demasiado bonita como para que la estropeen los políticos.