El Madrid sonroja a sus rivales

Benzema cerró el marcador ante el Espanyol

Benzema cerró el marcador ante el Espanyol / EFE

Danae Boronat

Danae Boronat

El Madrid se proclama campeón de liga a falta de 4 jornadas para acabar el campeonato, a la primera ocasión que ha tenido y en medio de una eliminatoria a cara de perro ante el Manchester City. Los que vaticinaban que el FC Barcelona competiría por ganarla siguen sonrojados, imagino. No era posible predecir que los de Xavi Hernández se derretirían como un azucarillo de la noche a la mañana y tras alcanzar una solvencia y un nivel de juego, especialmente en el clásico, que le situó en una realidad engañosa e ilusoria. Sí era posible percatarse de que los blancos, sin brillar,mostraban pocas debilidades.

A principios de octubre encadenó 2 derrotas (Sheriff y Espanyol) y Ancelotti decidió que no volvería a cambiar de sistema y que no haría apenas variaciones en sus onces a no ser que hubiera sancionados o lesionados. Mientras Laporta perdía el tiempo sondeando a entrenadores y manteniendo a Koeman el Madrid encadenó 11 jornadas sin perder: 9 victorias, entre las cuales la del Camp Nou, Donosti, ante el Sevilla y el Atlético y sólo 2 empates.

Es una liga sencilla de explicar: Courtois y Benzemá. El portero y el delantero más decisivos del torneo sin lugar a dudas. El Atlético tiene a Oblak pero con el bajón de rendimiento de Luis Suárez ningún delantero se ha echado el equipo a la espalda a la hora de marcar. El Barça tiene a un Ter Stegen debilitado y arriba sin Messi ni Ansu Fati todo han sido soluciones de urgencia insuficientes.

El campeón de liga saca los colores al FC Barcelona y también al Atlético que, tras el mercado de verano, parecía el principal candidato a revalidar el título con el regreso de Griezmann y un grupo muy consolidado con Simeone como líder indiscutible. Los rojiblancos, como los azulgrana, no han aspirado a rivalizar con los blancos.

En el Madrid echaban mano de un entrenador denostado por el propio club 7 años antes cuyo último banquillo, el del Everton no hacía presagiar un regreso a la élite. Volver a llamar a un técnico al que destituyes sin contemplaciones pese a ganar títulos en las dos temporadas .No existen los complejos. Ni siquiera por los desastrosos casos de Hazard y Bale. No hay opción a traumas pese al adiós del tótem del equipo Sergio Ramos. No hay titubeos. Ni cuando el Barça te arrolla en el Bernabéu. Un parón por fecha FIFA fue suficiente para borrar, regresar y ganar en Balaídos y remontar en 45 minutos en el Sánchez Pizjuán para dejar claro que la liga no se iba a escapar.