El Madrid no es ni rival para el Barça

Dani Carvajal las pasó moradas ante Leo Messi

Dani Carvajal las pasó moradas ante Leo Messi / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Lo nunca visto. Segunda victoria del Barça en el Bernabéu en tres días, tres goles el miércoles y uno el sábado. Al contragolpe en la Copa, al toque en la Liga. Baño al Madrid en todos los lances del juego. Defensa, control y ataque. El equipo de Valverde, además, sale con casi dos títulos del Bernabéu. Una final de Copa y, como mínimo, siete puntos sobre el Atlético en la Liga a falta de doce partidos. El Madrid queda mucho más lejos, tanto que ni se le ve, que no cuenta para nada, a doce puntos, hundido tras haber perdido tres de los cuatro encuentros que le han enfrentado al Barça esta temporada y haber empatado solo uno, y humillado después de haber encajado diez goles y haber marcado solo dos. Un 10-2 es una humillación total, la constatación de que no hay siquiera rivalidad deportiva, de que el equipo blanco no podía caer más bajo en su nivel de juego. Hoy en día, el Madrid no es rival para el Barça, así de claro. 

MÁS CONTROL. Valverde corrigió los puntos débiles que el equipo mostró el miércoles en la Copa. El 0-3 fue más fruto más de una efectividad absoluta que del dominio del juego, así que el técnico recuperó a Arthur desde el principio, devolvió a Sergi Roberto al lateral derecho, y asunto arreglado. El Barça controló, dominó y creó las mejores ocasiones y el Madrid fue a remolque y solo se acercó a puerta a golpe de riñón, pero Vinicius siguió fallando todo lo que remata, a veces de forma grosera, Benzema ídem de ídem y Bale se ganó la enésima pitada de su afición. Tres horas se ha tirado el Madrid sin marcarle un gol al Barça y con lo poco que tiene y lo poco que ayuda su entrenador podría tirarse así un mes entero. Por el Barça, Rakitic firmó la victoria, Messi se gustó, Piqué estuvo inexpugnable y Arthur puso el sello del estilo. Ahora mismo, la diferencia entre ambos equipos es abismal, tanto, que ni siquiera parece que jueguen a lo mismo y, desde luego, ya no compiten por lo mismo.