El Maccabi hurgó en la debilidad azulgrana

Jasikevicius, durante el partido

Jasikevicius, durante el partido

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

El Maccabi jugó un enorme partido en el Palau. Sus primeros veinte minutos fueron excelsos. Demostración de fuerza física, agresividad, talento en la mayoría de sus hombres y, ante el Barça, un acierto desde el triple descomunal. Ante este aluvión de juego, el Barça supo plantar cara, aunque siempre fuera a remolque, tanto n el marcador como en el ritmo de juego.

Es evidente de que el hecho de que no jugaran Laprovittola, Kuric y los lesionados Davies, Higgins y Oriola marcó de manera decisiva el duelo. Pero ello no le quita ningún mérito a un Maccabi que sumó 27 puntos en el primer cuarto, y 57 en el descanso. Su más que aceptable defensa, hizo perder 10 balones a los blaugranas en 20’, su inigualable capacidad para correr al contraataque, sumados a innumerables mates, y un 10 de 13 en triples, provocó el desconcierto en el Blaugrana.

Es verdad que el Barça no estuvo intenso en defensa. Cuando el Maccabi llegó a los 24 puntos, los de Jasikevicius sólo habían cometido una falta. No eran capaces de igualar la capacidad atlética del Maccabi.

El dominio de Evans, Williams o Nunnally fue total en el primer cuarto. Y para desespero blaugrana, Wilbekin se apuntó a la fiesta en el segundo periodo con tres triples colosales. Ante este vendaval, los jugadores del Barça no le perdieron la cara al partido, y de la mano de un acertado Abrines y un luchador Sergi Martínez supieron mantener el marcador a raya.

Rotaciones y muchas pruebas

Saras se tomó el partido como una oportunidad de dar minutos a los no habituales, en especial a los jóvenes. Por ejemplo, Nnaji estuvo pletórico en el tercer cuarto. Intimidó cerca del aro, colocó tres tapones, y supo aprovechar todos los 2x2 y continuación para sumar 8 puntos sin fallo. Caicedo estuvo más dubitativo, debe jugar más suelto, y Bonilla tuvo pocos minutos.

También volvió a jugar un Jokubaitis que, tras unas jornadas en el dique seco, sufrió para coger la dinámica de juego. Pero todo es cuestión de tener minutos de rodaje. Intentó el Barça tras el descanso, ser más duro en defensa, lo logró durante algunos minutos, pero luego en ataque tenía más problemas para anotar.

Saras apostó por los cambios en defensa y más contactos, pero el Maccabi, no se dejó sorprender y se encaminó a un último cuarto que penalizó demasiado a los blaugranas, sin que Saras se inmutara.

El técnico del Barça, todo y que las diferencias en contra se ampliaban en los últimos minutos, siguió con los jóvenes en pista, y con Mirotic, Abrines y Calathes en el banquillo. No creo que fuera lo mejor, ni para el equipo ni, mucho menos, para el seguidor culé. En todo caso, ahora el objetivo está centrado en el duelo contra el Madrid del próximo domingo.