Robert gana a Luis Enrique el partido de la opinión pública

Robert Moreno compareció ante la prensa en Barcelona

Robert Moreno compareció ante la prensa en Barcelona / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Sin duda, lo mejor hubiera sido que en su primera rueda de prensa Luis Enrique no hubiera hecho ninguna referencia a su desencuentro con su amigo, como también hubiera sido lo más conveniente que Robert Moreno no entrara al trapo de contestar. Porque lo ideal hubiera sido separar la cuestión personal de la profesional, y dejar todos los trapos sucios en casa.

Pero la primera rueda de prensa de Luis Enrique fue tan agresiva (acusando a su exsegundo de “desleal” y de tener una “ambición sin límites”, calificativos muy pocas veces escuchados en comparecencias de este nivel) que dejó el terreno propicio para que Moreno contestara. Si el técnico asturiano hubiera pasado página, el otro no habría contestado, y hoy no tendríamos una herida abierta en público que debería tratarse en privado.  

Robert Moreno cometió el error de convocar ayer a los periodistas sin turno de preguntas, una práctica injustificable, que evita tener que contrastar los argumentos con preguntas. Fue un patinazo estratégico, que empañó su buen razonamiento y que no le impidió dejar la sensación de que, a pesar de la diferencia de trayectorias deportivas, le va ganando a Luis Enrique el partido de la opinión pública.

Encuestas

Así lo indican por cierto algunas encuestas online que se hicieron ayer mismo. Porque el entrenador catalán se hizo fuerte en la debilidad de Luis Enrique (“Pasarán los años y todavía no entenderé por qué prescindió de mi”), quiso dar muchas pruebas de su fidelidad a su exjefe y construyó un nuevo argumento aparentemente irrebatible: “Si yo hubiese seguido, Luis Enrique no sería seleccionador”.  

Porque ciertamente, Luis Enrique ha podido regresar porque se delegó la transición en su excolaborador. De toda esta historia desagradable, curiosamente el que partía en posición más débil es el que sale de momento más fortalecido. Pero atención, porque en el fútbol, los resultados, guste o no, terminan por matizar todas las percepciones. Veremos cómo les va profesionalmente a uno y al otro en los próximos meses. Porque lo que ya es indudable es que esta ruptura los perseguirá durante muchos años.