Luis Enrique ayuda a Xavi; Xavi aprende de Luis Enrique

Luis Enrique y Xavi durante la única temporada que coincidieron como técnico y jugador

Luis Enrique y Xavi durante la única temporada que coincidieron como técnico y jugador / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Un entrenador no gana partidos, pero si tiene personalidad y valentía, imprime un sello al equipo. Un seleccionador no gana títulos, pero si es un líder y sabe elegir los jugadores que encajan con su estilo de juego, es capaz de llegar lejos. Es el caso de Luis Enrique, un técnico que no se casa con nadie, dice lo que piensa y hace lo que otros no se atreven. De la misma manera que sabe elegir los futbolistas que mejor rendimiento pueden darle, no acepta consejos ni recomendaciones cuando van contra sus ideas. En consecuencia, despierta filias y fobias, elogios y críticas. No deja indiferente ni a los amigos ni a los enemigos.

En un país como el nuestro donde la envidia es moneda de curso legal, Luis Enrique levanta pasiones cuando gana y se lleva palos cuando pierde. Sin embargo, él no cambia, no le importa lo que diga la prensa y se deja guiar por su conciencia. No es un hombre de grises, juega a todo o nada. Va a la suya con convicción y fe, a pecho descubierto, sin dobleces. 

Luis Enrique es el faro que ilumina La Roja. A veces parece que está por encima de los jugadores, pero es todo lo contrario, es su maestro y hace de padre si es necesario. Le respetan sus jugadores tanto como le quieren, ya que ha formado una familia donde los egos y las vanidades no tienen cabida. Su gran mérito y valor diferencial es que sus futbolistas rindan más en la selección que en sus clubes. Pedri lo ha definido con cuatro palabras: “Es un entrenador espectacular”. 

No vamos a caer en la tentación de comparar a Luis Enrique con Xavi. Son diferentes, tanto a nivel personal como futbolístico. Queremos destacar que el seleccionador español, con su apuesta decidida por los jugadores del Barça, está ayudando indirectamente a Xavi dando protagonismo internacional a jugadores que se han quedado sin Champions y que ahora aprovechan la ventana del Mundial para reivindicarse. El centro del campo de La Roja formado por Busquets, Pedri y Gavi es la confirmación de que experiencia y juventud se complementan de maravilla. Ferran Torres crece más en la selección que en el Camp Nou. Ansu Fati recupera sus mejores sensaciones a base de confianza e inyecciones de moral. 

Xavi debe ser consciente de la gran plantilla que tiene y mirarse en el espejo de Luis Enrique, que ha sabido potenciar a sus jugadores. A veces el trato personal y la inteligencia emocional son tan importantes como la táctica. Lo mismo vale para Ancelotti en el caso de Marco Asensio. En el Madrid chupaba banquillo con abundancia y en la selección está demostrando un gran potencial. Los jugadores jóvenes necesitan un trato personal más directo, más entusiasta. Está claro que Gavi con Luis Enrique alcanza su mayor rendimiento hasta convertirse en un puntal del equipo con solo dieciocho años. También es evidente que Pedri y Gavi van camino de convertirse en los Xavi e Iniesta de los mejores tiempos. Ser internacionales les hace crecer.