Los tres retos de Valverde para la temporada que viene

El Barça le ha puesto un lacito a una excelente temporada, que sin embargo deja deberes para la siguiente. El pasado verano, Valverde aterrizó en un club en situación de semiemergencia: con Neymar a la fuga y sin tridente, con una derrota dolorosa en la Supercopa y con un turbulento cierre de fichajes en el que Coutinho no pudo llegar a tiempo y Dembélé se lesionó a las primeras de cambio. El entrenador blaugrana sacó el bisturí, hizo de la necesidad virtud y gracias a su pragmatismo e inteligencia estabilizó el club en su particular quirófano y fulminó la Liga antes de Navidad. Pero ahora le toca afrontar una temporada en la que se le presentan tres retos mayúsculos, que le obligarán a asumir más riesgos y a tomar más decisiones propias.

1 Construir la era post-Iniesta

La marcha del manchego obliga a Valverde a recomponer el medio campo, la sala de máquinas del fútbol blaugrana, y a pensar muy bien cuál es la solución coral para sustituirle. Hará falta algo de Coutinho (aunque ha rendido sobre todo de delantero), algo de Denis (aunque este año casi no ha contado para nada), algo de Aleñá (en su primer año) y como siempre mucho de Messi, condenado a hacer de Iniesta, de la misma manera que tuvo que hacer de Xavi cuando este se marchó.

2 Apostar de una vez por la cantera

Valverde vino con el sello de cuidar la cantera, una idea en la que insistió el propio club el mismo día de su presentación. Pero luego los hechos lo han desmentido: nunca se habían utilizado tan pocos jugadores del B, y solamente en una competición menor como la Copa. Este año, con la venta de jugadores, se liberarán puestos del primer equipo, y el entrenador ya no tendrá ninguna excusa. La temporada 2018-2019 tiene que ser la primera en muchos años en la que el primer equipo abra por fin sus puertas a sus jóvenes perlas. Es la única manera de evitar que se fugue más talento y hacer viable las cuentas de la entidad.

3 Cuajar una extraordinaria delantera

A la espera de Griezmann, Valverde debe hallar la clave para combinar con éxito a Messi, Suárez, Coutinho y Dembélé. Los dos últimos deben pasar de una fase de adaptación a una de consolidación, en especial el brasileño, que a pesar de demostrar su olfato goleador, está obligado a dar un paso adelante para conectar con el juego blaugrana. Si se confirma el fichaje de Griezmann, cada alineación se convertirá en un auténtico sudoku para Valverde, que además deberá hilar fino en la gestión de los egos cuando toque sentar a alguna de sus estrellas en el banquillo.