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Los muros, sin Messi, son demasiado altos

Messi, un pilar indispensable

Messi, un pilar indispensable / sport

Lluís Mascaró

Un Barça sin Messi se estrelló contra el muro ultradefensivo del Málaga y contra un Kameni inmenso. Así podría resumirse, de forma sencilla, el tropiezo del equipo blaugrana en el Camp Nou. Pero sería un análisis demasiado trivial. Porque este Barça tiene un problema mucho más profundo: una falta total de recursos cuando faltan los cracks. Y ayer faltaban demasiados. Para empezar, un Messi que, con un virus, no pudo ni ser convocado. Otra baja trascendental sigue siendo la de Iniesta: sin él, el equipo pierde mucha capacidad de desequilibrio. Y si le sumanos la ausencia de un goleador implacable como Luis Suárez podemos empezar a entender los enormes problemas del Barça para superar la telaraña defensiva que montó Juande Ramos en el estadio blaugrana. Y eso que el Málaga jugó los últimos veinte minutos con 10 y acabó el partido con 9... aunque Kameni valió ayer por tres con sus intervenciones milagrosas.

Es verdad que muchas veces hemos visto partidos como los de ayer. Con un rival que renuncia a cualquier opción ofensiva para encerrarse totalmente en su área buscando el 0-0. Es una táctica peligrosa, porque el Barça acostumbra a acabar marcando siempre. Porque tiene a un genio llamado Messi capaz de superar los muros más altos. Pero ayer no estaba Messi. Y no hubo magia. Y el muro se convirtió en insalvable. Demasiado alto. Y el Barça se convirtió en un equipo mediocre que fue incapaz de superar a Kameni. Con un Paco Alcácer que sigue tan negado como delantero que Piqué acabó haciendo, ante la desesperación de todos, de nueve para intentar rematar balones centrados al más puro estilo Alexanko. Un pobre recurso que le puso las cosas aún más fáciles al Málaga en el Camp Nou, logrando su objetivo de arrancar un empate del estadio blaugrana. Dos puntos más perdidos. Y ya van 10 en lo que llevamos de Liga. Demasiados.