Los minutos de Ansu Fati

Ansu Fati

Ansu Fati / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Ansu Fati viaja a Praga formando parte de la expedición de jugadores del Barça que se enfrentará esta noche al Slavia en la Champions. Me parece perfecto. Habrán advertido, sin embargo, que recurro a “viajar” y “formar parte de la expedición” porque lo de jugar lo tiene bastante difícil. Si no jugó en Eibar, donde no estaba Dembélé, parece altamente improbable que lo haga en Praga. Con todos los efectivos del ataque disponibles y la evolución del encaje de Griezmann, que progresa más que adecuadamente, la situación del joven canterano ha cambiado y le coloca en la auténtica realidad. Es el quinto delantero de la plantilla, ¡que ya es mucho!, y más a los dieciséis años, pero con los cuatro súpercracks que tiene delante hay que llevar muy bien su carrera. Por eso digo que, a pesar de ello, me parece perfecto que Ansu Fati esté hoy en Praga. Aprenderá más en cuarenta y ocho horas de viaje y concentración con las estrellas que haciendo un par de rondos y otras tantas carreritas con los descartados en Barcelona. Aprenderá, convivirá y asimilará sensaciones y actitudes ante los grandes encuentros. Y si ha de jugar, estupendo, está más que preparado para ello. 

LA GESTIÓN

Sus minutos son otros. Por ejemplo, los últimos veinte/veinticinco de Eibar. Con la victoria asegurada con el 0-3 en el marcador, era su momento, como han de ser todos los momentos que se presenten en condiciones favorables, también titularidades sabiamente escogidas. Estoy seguro de que Ansu Fati ha de quedarse en el primer equipo. Su talento es tan grande, que no hay que dejarlo en manos ajenas, que es lo que sucedería con según qué cesiones. Su carrera la ha de gestionar el Barça, su entrenador y sus compañeros, que son los mejores que puede tener. No cada día surge un fenómeno como todo apunta que será este joven que cada vez que salta al terreno de juego hace que sucedan cosas distintas y efectivas en el área rival. ¿Verdad que a Messi no se le cedió? Pues a Ansu, tampoco. Pero que juegue cuando le toque, eso sí es importante.