Los jugadores del Barça boicotean su propia serie

Hay dos máximas en el mundo del fútbol que hasta hace poco eran intocables. Lo que sucede en el campo de fútbol se queda allí. El vestuario es un lugar sagrado para los jugadores donde  los intrusos tienen prohibida la entrada. Estos tabús han pasado a la historia. La televisión ha convertido el fútbol en un gran espectáculo y las fronteras del en entretenimiento no tienen límites. Para los clubs, el dinero que generan los derechos de imagen es el capítulo más importante del presupuesto y no contentos con ello, se inventan nuevos formatos para generar más ingresos.

El Barça se ha apuntado a la moda de las series documentales con el estreno de Matchday, 8 capítulos de 45 minutos que, según la publicidad oficial, descubre los secretos del Barça como nunca has visto. Pues bien, el estreno del pasado jueves ha generado polémica con la prensa, boicot de los jugadores y descontento en el club. Mal comienzo, la alfombra roja del Liceo no fue pisada por los protagonistas de la película. Los jugadores fueron los grandes ausentes, un vacío inexplicable que generó todo tipo de rumores maliciosos. Por cierto, en el cartel publicitario de la serie Piqué aparece sorprendentemente como un hombre de negocios, con traje y corbata, en su condición de coproductor de la serie. El presidente Bartomeu, quien sabe si avisado a tiempo del boicot de la plantilla, tampoco estuvo en el estreno.

Sorprende y extraña que en un mundo donde triunfan las grandes marcas, desde Netflix a Amazon, pasando por HBO,Disney y Apple, el Barça haya decidido entrar en el mundo de la producción a través de Barça Studios. Los grandes clubs han preferido vender sus derechos a una compañía mundial, antes de meterse en un negocio donde la rentabilidad solo se consigue a gran escala. Manchester City y Juventus han trabajado con Netflix mientras que Amazon Prime fue el responsable de la serie de Sergio Ramos. Rakuten estrenara su nueva plataforma con Matchday y no es ningún secreto que en esta negociación Piqué ha tenido un papel de protagonista. 

En el vestuario barcelonista el poder de Piqué despierta algunas sensibilidades. Que sea a la vez jugador y productor de la serie no es una anomalía pero si una bipolaridad manifiesta. No se puede quejar del contenido ya que junto a Messi y Bartomeu, realizaron un visionado para aprobar su emisión. Esta serie no es un Gran Hermano, pero saca a la luz imágenes y conversaciones que nunca se han visto. Entrar las cámaras en las casas de los jugadores era un tema tabú hasta que se ha demostrado que es un  valór de éxito de cara a la audiencia. 

Como  sucede en estas polémicas, los próximos resultados  marcarán las consecuencias. Si se gana en el Wanda al Atlético, aquí paz y después gloria. De lo contrario, se volverá a hablar de un divorcio entre directiva y jugadores, un matrimonio de conveniencias. De lo que si estamos convencidos, es que la serie gustará a los aficionados barcelonistas porque verán la otra cara del equipo, unas interioridades que han dejado de serlo.