Los Juegos Olímpicos, más cerca de Pirineos-Barcelona

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J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Los Juegos Olímpicos de 1992 marcaron un antes y un después para Barcelona. Aquel acontecimiento inolvidable situó a la ciudad en el mapa mundial, sirvió para adelantar las infraestructuras 25 años y revitalizó el orgullo de los barceloneses que disfrutaron los mejores Juegos de la historia. El futuro olímpico se pone otra a vez al alcance de Barcelona. Ahora pasa por la posibilidad de acoger los Juegos de Invierno del 2030, un proyecto en el que trabaja con fe e ilusión un equipo capitaneado por Gerard Figueras, director general de deportes de la Generalitat. El pasado mes de marzo Barcelona renunció a los Juegos de 2026 pero se dejó la puerta abierta para presentar una futura candidatura.

En los últimos meses la candidatura ha vivido un cambio estratégico significativo. Teniendo en cuenta que en los Juegos de Invierno el 60% de las competiciones son en la nieve y el 40% sobre hielo, se ha modificado la denominación de la candidatura que pasa a denominarse Pirineos-Barcelona con las modificaciones que ello implica. La Generalitat toma la máxima responsabilidad organizativa y el Ayuntamiento de Barcelona pasa a un segundo plano sin renunciar a su protagonismo ya que acogería las ceremonias de inauguración y clausura junto a las pruebas de hielo en diversos escenarios del área metropolitana.

La próxima semana, una Comisión de Evaluación presidida por el suizo Gilbert Ferri en su condición de consultor del CIO, analizará posibles escenarios en Barcelona. El martes la comisión técnica viajará a La Molina, Alt Urgell y Baqueira para conocer emplazamientos para las distintas modalidades de nieve y el jueves terminará la visita en las instalaciones del FC Barcelona donde conocerán el proyecto del Espai Barça que incluye pista de hielo y pabellón multiusos.

El Comité Internacional Olímpico contempla la posibilidad de conceder las sedes de los Juegos de Invierno del 2026 y 2030 en una misma sesión, tal como sucedió cuando adjudicó los Juegos del 2024 a París y los del 2028 a Los Ángeles. Si la candidatura Pirineos-Barcelona supera con nota el test de evaluación, cabe la posibilidad de que sea repescada como candidata para el 2026 donde competiría con 

Estocolmo, Milán/Cortina D’Ampezzo, Calgary y Sapporo.

Después de celebrar los últimos Juegos de Invierno en Sochi (2014) y Pieonchang (2018), China acogerá los del 2022. El deseo del CIO sería volver a Europa en el 2026 y los Pirineos es la única gran cordillera europea que no ha celebrado unas Olimpiadas. Según las nuevas normas de Lausanne, cabe la posibilidad de que dos países compartan unos Juegos por lo que las competiciones de bobs y ludge podrían celebrarse en Francia donde hay instalaciones que evitarían inversiones irrecuperables.

Conviene destacar que el CIO ha adecuado el presupuesto de los Juegos a los tiempos que corren. Nada de grandes obras ni presupuestos ruinosos. El legado de los Juegos tiene que ser positivo para las ciudades sede y el presupuesto se ha limitado a 1.300 millones, de los que el CIO aporta 800 a cuenta de los derechos de televisión. Los otros 500 deben financiarse con ayudas institucionales, ticketing, patrocinadores locales y venta de merchandaising. El objetivo es equilibrar el resultado económico para no generar déficit. Con estas directrices, los Juegos Olímpicos de Invierno están más cerca de Pirineos-Barcelona.