Los dos Piqués ya no son compatibles

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Ernest Folch

Ernest Folch

El entrenador del Barça convocó ayer a Piqué ‘in extremis’, forzado por la lesión de última hora de Lenglet, pero le dejó un recado para reflexionar: “Si le veo centrado jugará, si no jugará otro”, en referencia explícita a sus viajes de ida y vuelta de Madrid esta semana.

Dio la sensación que Valverde no tuvo más remedio que amnistiarlo por pura falta de efectivos, pero que admitiera abiertamente que no sabe si su central estrella está o no está concentrado en su trabajo es un síntoma de la preocupación que ha generado dentro del club, a todos los niveles, la semana loca de Piqué en Madrid.

El toque de Valverde se suma al que ayer le dio también Suárez en SPORT (“A veces a Piqué hay que cogerlo con pinzas”), señal de que el central blaugrana empieza a tener contestación interna. Hasta ahora, Piqué había dirigido sus dardos hacia el palco.

Sus frivolidades molestan

En los últimos días, aparecen por primera vez señales de que sus frivolidades molestan también en algunos sectores del vestuario. A todo esto hay que sumarle la situación cada vez más descontrolada en la que se encuentra su Copa Davis en Madrid, donde evidentes problemas de organización amenazan seriamente el prestigio y la viabilidad del torneo. 

Un grave error de cálculo en el origen (demasiados partidos en demasiados pocos días) ha provocado un esperpento de partidos terminando a las cuatro de la madrugada, gradas vacías y, lo que es peor, estrellas mundiales del tenis jugando entre la indiferencia absoluta del público y una lluvia de críticas de grandes figuras históricas del mundo del tenis.

Pase lo que pase, ya es seguro que la Copa Davis tal como la hemos visto en Madrid tendrá que reformarse profundamente si es que quiere evitarse que quede tocada de muerte. Piqué es un jugador extraordinario y  una persona sensible e inteligente con infinidad de virtudes, pero no es Supermán. La gente que lo quiere haría bien en decirle que no intente volar si no quiere darse un tortazo de los que hacen época.

Por mucho que él quiera, el Piqué futbolista profesional y el Piqué ejecutivo de la Davis no son compatibles. Que terminen colisionando frontalmente solo es cuestión de tiempo.