Los contratos de los cracks deberían hacerse públicos

Cristiano Ronaldo atraviesa un mal momento

Cristiano Ronaldo atraviesa un mal momento / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Vivimos en un mundo donde todo se acaba sabiendo. Los pactos de confidencialidad suenan a palabras antiguas. Las revelaciones de los Papeles de Panamá o los descubrimientos de Football Leaks son un claro ejemplo. Querer mantener un documento en secreto no es posible como se ha demostrado en el contrato de Messi cuando se desveló la clausula ligada a la independencia de Catalunya.

Por dicho motivo vamos a hacer una proposición que no es indecente. Que los clubs de fútbol hagan públicas las cifras de los contratos como la cosa mas natural del mundo. Si lo contratos fueran privados, se moviera dinero negro o existieran pactos inconfesables, sería lógico que fueran cosa de dos. Pero partiendo de la base de que un contrato de cualquier jugador con cualquier club no se puede ocultar en una caja fuerte, lo mejor sería hacerlo público. Sobre todo los clubs como Barça y Madrid que no son sociedades anónimas y cuya titularidad corresponde a los socios. Tienen derecho a saber.

Vayamos a un ejemplo práctico. El último contrato firmado por Messi con el Barça tiene un recorrido exterior obligado por lo que lo conocen más personas. El club está obligado a enviar una copia a la LFP y otra a la Uefa. Hacienda también tiene acceso a los datos económicos por lo que la cláusula de confidencialidad que alegan los presidentes para no dar información no se sostiene. También hay que considerar a Football Leaks, una web que nadie sabe cómo pero consiguió el contrato de Leo y de otros cracks.

De la renovación de Pique el Barça solo ha filtrado dos datos. Renovará hasta 2022 y la cláusula de rescisión será de 500 millones. ¿Por qué no dan a conocer el importe de su ficha anual? Lo que tenga que cobrar, seguro que se lo gana. Sería un ejemplo de transparencia que evitaría lo que ha pasado con Messi, que nos tengamos que enterar por Football Leaks que sus emolumentos anuales, sumadas todas las cláusulas y bonus, superan los 100 millones. Nadie discute lo que pueda ganar el mejor jugador del mundo, se lo gana de sobras. En la misma línea también sería interesante conocer el fiasco económico en que se ha convertido el fichaje de Arda Turan o la gran negocio que se hizo contratando a Ter Stegen por la mitad de la mitad de lo que hoy vale.

El Barça facilita en la Asamblea anual una amplia memoria económica de los ingresos y gastos de la entidad. Solo hace falta que en el capítulo general de salarios deportivos haga un desglose, especifique los sueldos y fichas de los jugadores con la misma naturalidad que debería incluir los costes de sus principales ejecutivos. La transparencia siempre es agradecida, mucho mas en los clubs cuyos propietarios son los socios.