Los casos Coutinho y Griezmann

Griezmann, en la punta de ataque

Griezmann, en la punta de ataque / sport

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Estamos a las puertas de la Navidad del 2020. <strong>Griezmann</strong> lleva ya un año y medio en el Barça Coutinho, nada más y nada menos que tres. El francés costó 120 millones y el brasileño se irá a los 160. Total, un dineral, dos fichajes pagados a precio de supercracks y que no han aportado nada al Barça. Es una lástima, no quiero hacerles a ellos responsables de lo que apunta a fracaso, pero es la auténtica realidad. Miren, si Coutinho sigue en el Barça es porque nadie le ha querido fichar.

Es más, se le cedió al Bayern porque era la única manera de ahorrarse la ficha y todo ello cruzando los dedos para que  se lo quedaran definitivamente. No hubo suerte. Ha vuelto y hubo un momento en que parecía que podía cuajar, pero no, Coutinho sigue sin ser determinante. Sigue deambulando por ahí, ahora de interior izquierdo, ahora de mediapunta, ahora no se sabe muy bien de qué. La cosa no se arregla. Y Griezmann, pues más de lo mismo.

ENCAJE IMPOSIBLE

Algo pasa con ellos que nadie sabe solucionar. Ni Valverde ni Setién ni Koeman. Son dos grandes futbolistas, no me atrevo a dudar de su calidad, pero no hay manera de encajarlos en el modelo Barça. Han tenido muchas oportunidades pero no arrancan. En su nivel, la temporada y media de uno y las tres del otro es mucho tiempo como para no pensar en decir basta. Ahora bien, el culpable es quien les fichó, pues no cayó en la cuenta de que no pueden jugar en un Barça en el que está Messi. 

Miren, Coutinho no es Iniesta ni lo será nunca. Ni siquiera se le parece. Juega en su sitio, pero su sitio no es éste, sino en el de Messi. Y Griezmann, figura y jugador determinante en el Atlético y la Francia campeona del mundo, no es delantero centro sino mediapunta por detrás del ‘nueve’... o sea, donde Messi es Dios. Ambos lo tienen mal, o se adaptan a una nueva posición o fracasarán. O tienen a un entrenador que les encuentre un encaje o no saldrán adelante. Las dos cosas se están resistiendo. Demasiado tiempo esperándoles. Y ya nos estamos cansando, la verdad.