Los candidatos de la Liga se relajaron ante una semana de Champions

Benzema, delantero del Real Madrid

Benzema, delantero del Real Madrid / EFE

César L. Menotti

César L. Menotti

La iniciación de la Champions siempre tiene el condimento especial de ser un test para saber como llegan los candidatos por historia y por protagonismo en las últimas competiciones. Pocas veces los grandes equipos quedan afuera de la fase de grupos, aunque ha sucedido. Siempre un primer buen resultado facilita la clasificación. Y es en este punto donde creo que los compromisos de Champions han incidido en las flojas actuaciones de los tres protagonistas de la la Liga española. En el debut en la competición, los equipos que no son candidatos de antemano encuentran en el adversario la posibilidad de mostrarse. Es lo que le sucederá al PSV, como rival del Barcelona, la Roma como rival del Real Madrid y al Mónaco en su duelo con el Atlético de Madrid. Pero no nos engañemos. Hay equipos que son los que conocemos que serán de no mediar ninguna catástrofe los finalistas de la competición. Entre ellos, tres españoles Real Madrid, Barcelona y Atlético, el Bayern, la Juventus, el PSG. Liverpool, como el ManCity, pasaron a ser protagonistas los últimos años. Después están los equipos con intención de ser candidatos, que quieren estar ahí y acompañar a los históricos, como Tottenham, Mónaco, Roma, Valencia, Inter, por ejemplo, que no alcanzan el nivel, pero que aspiran a serlo. Veremos el ManUnited.

Entre los españoles, es probable que haya habido una relajación ante la expectativa del debut de Champions. Ninguno de los tres han jugado bien. El Barcelona, no encontró su sello distintivo y sufrió para derrotar a la Real Sociedad (1-2). El Atlético empató ante el Eibar (1-1), y lo mismo sucedió al Real Madrid ante el Athletic (1-1). Por lo visto, los entrenadores han hecho pruebas de jugadores más en búsqueda de reservas pensando en la competición europea que en la Liga. Un primer mal resultado en Champions, los pondría frente a otras obligaciones y les quitaría tranquilidad. Solo por esta semana de debut europeo puede entenderse la pasividad en Barcelona, Atleti y Real Madrid esta última fecha de liga.

Se dice que en los grandes equipos sobran jugadores. Y yo siempre digo que no es tan así, porque el fútbol depende de un equipo. No se pueden armar dos equipos paralelos. El potencial de una plantilla la hacen los entrenamientos, la continuidad de partidos, el conocimiento entre los jugadores. Creo firmemente que hay titulares y suplentes. Revisemos los grandes equipos en la historia y estaban bien definidos quienes fueron unos y quienes los otros. Son los titulares los que han hecho protagonistas a los equipos recordados en la historia como el Ajax de Cruyff, el Milan de Sachi, o el Barca de Guardiola, o el Madrid de la Quinta del Buitre. Las formas de juego estaban sostenidas por un equipo. El que dice que no hay titulares y suplentes es el entrenador que no encuentra el equipo.

Escucho que el Barcelona estuvo lento. Pero el equipo culé, como los candidatos de la Liga, no tuvieron un domingo feliz. No fueron ni veloces ni lentos. Hablar de la velocidad, y las transiciones rápidas... no existe eso. Lo que ocurrió a los tres equipos no fue un problema de velocidad. En un partido toda acción de juego es una estrategia, hay situaciones previsibles e imprevisibles. La velocidad no es el camino para ser mejor equipo. Ni fuerza , ni la lentitud, ni la verticalidad, ni la elaboración, ni profundidad. Hay una estrategia de juego que la única manera de llevarla a acabo es no confundir velocidad con rapidez. No es lo mismo. Me cansan en la ultima semana escuchar palabrerías de cosas que no coindicen con nada. ¿Qué es ser veloz? Llegar primero no significa nada. Como el conductor de un coche: nadar rápido en la ruta no te hace corredor de carreras. Yo puedo ser veloz pero si llego al área contraria y no sé qué voy a hacer... Messi dijo que este año toca la Champions. Él lo puede decir desde una expresión de deseo y lo que representa como capitán. Hay que respetarlo. La liga es la que genera las posibilidades de las malas rachas. Todos contra todos. La Champions hay dependencia de muchas razones. Como título, es entendible que el Barcelona sienta que tienen ganas de volver a ganarla y que lo sienta como una obligación. Con más razón se entiende quizás porque el equipo blaugrana jugó tan mal el último partido de Liga.