¡La locura del Masters!

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Alex Corretja

Alex Corretja

Coincidiendo con el inicio de las Finales ATP, me gustaría explicaros qué sentí al ganar uno de los torneos más especiales que existen en el circuito masculino.

Tenía veinticinco segundos para pensar dónde quería sacar y cómo quería jugar el punto de partido. Era el ‘match ball’ más importante de mi carrera. Ese momento con el que siempre había soñado. Me debatía entre si sacar al revés de Carlos (su golpe menos preciso) con un efecto liftado, esperando que él jugara corto y así yo poder dominar con mi derecha, o buscar mi mejor servicio a la zona central (la famosa T) intentando sorprenderlo y encontrando un ‘ace’ o un saque que fuera casi definitivo. Me decanté por la segunda opción, había llegado el momento de la verdad y no servía de nada especular. Tenía que ser agresivo e ir a por la victoria, esa que llevaba años luchando y trabajando para que cuando llegara el momento decisivo no dudara de mis posibilidades y mis capacidades adquiridas...

El Masters es un torneo único. Lo disputan los ocho mejores jugadores masculinos del año, es decir, los que más puntos han sumado en una larguísima temporada que empieza en enero y acaba en noviembre. Por medio hay muchos viajes, entrenos, victorias, derrotas y un sinfín de situaciones a las que te tienes que enfrentar. 

Nuestra final contra Charly la jugamos el 29 de noviembre y duró más de cuatro horas en una superficie rápida que casi nadie confiaba que se fuera a adaptar a nuestras características de juego. Para mí, Moyá estaba siendo un rival insuperable en ese año 1998. No había sido capaz de ganarle ni un set de los ocho que habíamos disputado, y en esta final me dominaba por dos sets a cero también. Por suerte, jugábamos al mejor de cinco y tenía margen para recuperar. Aún yendo por detrás en el marcador, creía firmemente en la remontada. Sentía que mi momento de lograr el sueño de mi vida había llegado, aunque pareciera imposible mirando el resultado. Me concentré en pensar punto a punto sin importarme nada más que en el siguiente golpe, la siguiente jugada y el próximo movimiento. Tenía que dar todo lo que llevaba dentro de mí si quería tener opciones de triunfar.

Para seguir manteniendo esa fe, agrupé toda la experiencia aprendida de mis entrenadores durante los últimos 14 años de mi vida y la puse a mi disposición encima de la pista. Pero si algo resonaba en mi cabeza con una insistencia indestructible fueron las palabras que me dijo mi entrenador entonces, Javier Duarte, junto a mi preparador físico, Salvador Sosa, en la habitación del hotel un día antes de empezar el torneo. “Si te lo crees, esta semana puede ser la más grande de tu vida”, dijo. Y yo le contesté: “¿Cómo de grande?”. A lo que él replicó: “GANAR EL MASTERS”.

...Todo salió según lo esperado. Gran servicio, Moyá restó corto y yo pude entrar en pista para presionar su zona de derecha, venirme a la red y que él fallara en su intento de pasarme. A medida que veía que su pelota volaba e iba a perderse por la raya de fondo, empecé a notar una sensación de grandeza indescriptible. Finalmente la bola salió fuera y pude arrodillarme en el medio de la pista empezando a sentir lo mucho que eso significaba para mí.

Gracias “Dudu”, Salva y todos los demás profesionales que me preparasteis, por haber sacrificado parte de vuestras vidas para ayudarme a conseguir el sueño de la mía.

MARC MÁRQUEZ, TE ESPERAMOS EN 2021

No soy un gran entendido del motociclismo, pero sí de Marc Márquez como deportista. El piloto catalán es todo un referente a nivel mundial y ha tenido un 2020 muy complicado por una desafortunada lesión en el brazo derecho. Ha decidido parar y mirar ya hacia 2021 y me parece una decisión idónea. Me gusta su valentía, su sangre fría y su madurez profesional para la edad que tiene. También me encanta la forma que tiene de transmitir su pasión.

EL MASTERS MÁS ABIERTO

La edición de este 2020 que arranca mañana es la más peculiar de los últimos años. Normalmente juegas once meses al año para llegar hasta aquí y este año han sido solo cuatro. El grupo de Djokovic, Medvedev, Zverev y Schwartzman da la sensación de ser el más duro de los dos. El serbio por experiencia y adaptación a la superficie y los otros por el estado de forma en el que llegan, pero en un Masters puede pasar de todo. Será una buena oportunidad para Nadal. Llega mucho más fresco que otros años y los partidos de París-Bercy, le ayudarán a llegar con más ritmo para conseguir el primer Masters de su carrera profesional. Si encuentra sensaciones y su pelota hace daño todo puede pasar.