Lo sentimos: el Barça sigue fiel a si mismo

Ernestio Valverde, en la sala de prensa de Old Trafford

Ernestio Valverde, en la sala de prensa de Old Trafford / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Como suele pasar en las grandes citas, el histórico triunfo del Barça no ha evitado el eterno debate sobre el estilo. Los esencialistas denuncian que el equipo ya no es lo que era, y algún que otro reaccionario celebra… que el Barça ya no es lo que era. Por una vez, los contrarios se han puesto de acuerdo pero por motivos diferentes: unos añoran tiempos pasados, otros quieren olvidarlos.

En realidad lo que sucedió en Old Trafford fue mucho más sencillo: el equipo blaugrana adoptó un perfil práctico, y en lugar de arriesgar e ir a despedazar su rival, decidió mirar de reojo al marcador y administrar una ventaja que puede ser decisiva. También el Barça de Cruyff, el de Guardiola o el de Rijkaard se dejaron la ideología en casa en días muy puntuales, pero esto no implicaba que renunciaran a sus ideales. Cierto, Valverde, por su carácter, ha impregnado al equipo de un mayor pragmatismo.

Pero habrá que recordar que el Barça sigue apostando por el juego de posesión, posición y presión (base de su identidad), y que, a pesar de los debates tan recurrentes como necesarios, tiene el juego más reconocible del mundo del fútbol.

Incluso en un partido tan poco ortodoxo como el del miércoles, marcó un gol después de la friolera de 48 pases y más de dos minutos de posesión, una locura que debió hacer sonreír a Johann Cruyff allá donde estuviera mirando una jugada que era de hecho un homenaje a su forma de pensar. El fin del mundo siempre es muy atractivo pero los apocalípticos, unos y otros, tendrán que esperar. No, el Barça no ha cambiado. También con Valverde la pelota sigue siendo suya. También con Valverde, y con su libro de estilo, el Barça sigue fiel a si mismo.