¿Cómo se llama el delantero centro?

Haaland, a un paso de decidir su futuro

Haaland, a un paso de decidir su futuro

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

 Cuenta la leyenda que allá por los años cincuenta, cuando no había televisión ni muchísimo menos internet y los fichajes se hacían a partir de los chivatazos de los ojeadores locales, Samitier, secretario técnico del Barça, recibió a uno de sus informadores desplegados por el territorio catalán. “En tal equipo de Tercera hay un tío que es un fenómeno, coge la pelota, se va de dos o tres, llega a la línea de fondo, centra y va el delantero centro y la mete.

Así una y otra vez, se va, centra y gol del delantero centro; se va, centra y gol del delantero centro. Hay que ficharlo como sea”. Samitier no dudó en preguntarle: “¿Y cómo dices que se llama?”. “Fulanito”, respondió el ojeador. “No, no, ese no, a ese ya le conozco. El delantero centro, ¿cómo se llama el delantero centro, el que las mete todas?”, sentenció el gran Sami. La escena, se produjera o no, no tiene desperdicio. El jugador más importante de un equipo es el que las mete todas

NO HAY OTRA SOLUCIÓN

Salvo excepciones que no hacen más que confirmar la regla, los equipos ganadores siempre han tenido grandes goleadores. Por ceñirnos al Barça de los últimos cincuenta años, hubo una vez que el delantero centro se llamó Cruyff, luego se llamó Stoichkov, y Romario. Después, Ronaldo. Más tarde, Eto’o, antes del reinado de Messi, que era falso delantero centro, pero el más verdadero y mejor de todos, muchos años acompañado por Suárez, ni más ni menos. Siempre que cuando alguien ha preguntado cómo se llama el delantero centro, si la respuesta ha sido de primerísimo nivel, la cosa ha ido bien.

Por contra, cuando el delantero del Madrid se llamaba Hugo Sánchez y el del Barça, Archibald, mal asunto. Ahora, el del Madrid se llama Benzema y el del Barça, Memphis, Luuk de Jong, Aubameyang... No hace falta decir más. Contra el Eintracht, sin ir más lejos, el que centra y pasa, Dembélé, dio un par o tres de balones peligrosos, pero el que las mete no estaba o no estuvo acertado. Sin gol no hay títulos. No hay otra solución que fichar a un crack y que cuando nos pregunten cómo se llama el delantero centro, podamos contestar: Haaland. O Lewandowski.