De Ligt y De Jong, OK... pero ¿y Aleñá y Riqui Puig?

Aleñá y Denis ya se entrenan con el resto de la plantilla

Aleñá y Denis ya se entrenan con el resto de la plantilla / Barcelona

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

La maquinaria de los fichajes del Barça no para ni un instante. Acaba de empezar la temporada y ya se está pensando en la siguiente cuando no en esta misma. Como debe ser, o mejor, como debería ser en condiciones normales, es decir, sin prisas ni urgencias, lo que sería sinónimo de que la actual plantilla está bien pensada y armada. Ojalá sea el caso, pero aparecen por la zona central de la defensa las primeras urgencias, después de haber tenido hasta a seis centrales en plantilla hace apenas dos meses. De Ligt apunta a fichaje de una cierta urgencia.

Y luego está el fiasco Arturo Vidal, que tal vez convendría remediar. Rabiott era el deseado, pero no está claro que se ejecute con éxito el objetivo. Y como ya no está Iniesta, hay que pensar en apuntalar más el centro del campo, para que Coutinho acabe avanzado en detrimento de Dembélé, qué le vamos a hacer, y Arthur no esté solo en el empeño de crear fútbol. Y por si fuera poco, alguien ha caído en la cuenta de que Suárez cumplirá pronto 32 años y se pone en marcha el seguimiento del polaco Piatek y el brasileño Pépé. Bien, me parece bien que todos sean jóvenes y con muchas posibilidades de progresión, pero a la vez esto me da que pensar: ¿y la cantera? ¿No hay un solo central, organizador o delantero centro de futuro en la casa? ¿Y Aleñá y Riqui Puig?

No es solo una cuestión de idea, concepto o deseo que seguramente une al periodismo y a los aficionados y debería ser innegociable para los directivos y los técnicos. Es una cuestión de supervivencia económica. Si vienen De Ligt, De Jong y uno de los dos delanteros centros, nos iremos a unos 250 millones de euros. Una barbaridad por jugadores que hoy por hoy son promesas que puede que prometan mucho, pero que no dejan de ser promesas.

Me preocupa la paulatina descanteranización del primer equipo del Barça. No puede que ser que la fuente se haya secado de una forma tan drástica. Vale que no salgan cada día Xavis o Iniestas (a Messi no le incluyo porque es un milagro de la naturaleza), pero que desde Sergi Roberto, hace ya ¡cinco años y seis temporadas!, no aparezca nadie por el Camp Nou es descorazonador. Podría ser que los que mandan ahora no confíen tanto en la cantera como los que decidían antes, ¿o no? También es cierto que antes había un superequipo hecho y derecho y entrar en el once era más fácil y menos arriesgado que ahora en que todo se está readaptando, tratando de no perder la esencia, pero bueno, lo que ve el aficionado es que vienen muchos de fuera y entran pocos, por no decir ninguno, de casa.

En cualquier caso, entiendo que es necesario ir formando el equipo del futuro con las mejores opciones y que si en la cantera no las hay, se recurra al talento joven extranjero a la espera de que el mal momento pase y surja una buena hornada canterana para que pueda entrar en un gran equipo ya hecho, como pasó hace unos años, y puedan adaptarse con más garantías. Es un deseo, supongo que el deseo de todos, pero me gustaría que le viéramos ya una proximidad y una certeza que de momento no se aprecia. 

Y después está la historia, a la que siempre es bueno echar un vistazo, sobre todo cuando es una historia triunfal. Miren, la fórmula del éxito del Barça siempre ha sido juntar al megacrack del momento con futbolistas de la casa que aportan el plus de barcelonismo, compromiso y pasión blaugrana que tanto suma.

El equipo de Les Cinc Copes de los años cincuenta se basaba en una figura histórica como Kubala más otros futbolistas importantes como César y gente de la tierra o de la casa del nivel de Ramallets, Biosca, Basora, Gonzalvo, Segarra, Seguer... Y más tarde, con Helenio Herrera en el banquillo y ya con otro superfigura como Suárez junto a Kubala se consolidaron los Rodri, Olivella, Gensana, Vergés... Más tarde, el Dream Team se nutrió de los cracks del momento como Stoichkov, Koeman, Laudrup, Romario... más los mejores nacionales como Bakero, Begiristain, Eusebio, Julio Salinas... pero Cruyff entendió que el alma tenían que dársela Amor, Guardiola, Ferrer, Sergi... Y lo más de lo más ha sido juntar a Messi con Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta... en la década más prodigiosa de la historia del club. Merece la pena pensar en ello.