Licencia para perder

Mbappé celebrando su doblete

Mbappé celebrando su doblete / Efe

Rubén Uría

Rubén Uría

 EL CHOQUE NO DEFRAUDÓ

Bayern-PSG. Batalla nuclear por la gloria y revancha servida de Lisboa. El guión de la historia, más que cinematográfico. Vigente campeón ante eterno aspirante. El peso de una tradición histórica contra el peso del talonario. El ogro de toda la vida ante el que sueña con serlo. Una apisonadora colectiva ante una colección de estrellas. La misión del Bayern, demostrar que sigue siendo el equipo más potente de Europa. Y la del PSG, sacudirse la triste derrota del curso anterior, donde Mbappé, Neymar y compañía se quedaron a un peldaño de la eternidad. En ambos bandos, bajas. Los bávaros, sin Lewandowski y Gnabry.

Los parisinos, sin Verratti ni Paredes. El choque no defraudó. El PSG hizo un ejercicio de supervivencia y pegada, poniendo una pica en Múnich gracias a Mbappé y Neymar, dos pirañas para penalizar errores. Nadie que hubiera visto el partido podría explicar la victoria parisina viendo jugar al Bayern. ¿Perdió? Sí. ¿Está al borde del KO? Sí. Y sin embargo, el Bayern completó una exhibición memorable de fútbol. Un asedio constante. Presión, ataque, ambición, ritmo, velocidad y precisión. A la carga, Müller, Coman y Sané. Al mando, Joshua Kimmich, otro nivel. Lo del Bayern de Flick fue un regalo para los ojos. Jugando así de bien al fútbol, hay licencia para perder. Queda la vuelta. Y si juega este Bayern, será una bendición.

DUELO EN EL DESIERTO

Con la semifinal como premio, Chelsea y Oporto chocaron en el primer asalto del ‘destierro’ de Sevilla, motivado por las restricciones de Covid-19 en ambos países. Ida y vuelta, en el mismo escenario ideado por la UEFA: la bombonera del Ramón Sánchez Pizjuán. El Oporto mandó, dominó y gobernó el partido, pero el Chelsea sacó la maza a pasear y noqueó a los “dragones” a base de contundencia. El Oporto, que dejó en la cuneta a la Juventus de CR7, esta vez no pudo contener la fuerza de los “blues”. Nombres propoios: Mason Mount y Ben Chillwell. Ambos aprovecharon un error grosero de Corona, hicieron la diferencia. Los soldados de Thomas Tuchel tienen pie y medio en semis.