El libro que Messi nunca escribirá

Leo Messi atendió a los medios a su llegada

Leo Messi atendió a los medios a su llegada / sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Messi se ha convertido en un personaje único e irrepetible, desde su llegada como niño a la cantera del Barça hasta convertirse en el mejor jugador del mundo. A los 30 años ha vivido más que una persona normal a los 60. La vida de Messi, si aceptara colaborar en la realización, se convertiría en una película de éxito mundial. La biografía de Messi, si quisiera contar la verdad, sería un best seller que batiría récords. Tiene motivos para ser un hombre feliz, tanto a nivel personal como deportivo, pero al mismo tiempo ha vivido muchas injusticias ante las que se siente impotencia. Sin ir más lejos, esta semana por dos veces ha sido cabeza de turco de hechos lamentables. Por un lado, ha pagado los platos rotos de la guerra que enfrenta a FIFA con AFA y, por otro, ha sufrido un trato judicial diferencial con respecto a Cristiano. Leo no está pasando una buena semana. 

Vayamos por partes. Los cuatro partidos que le han caído por encararse con un línier es un atropello, una aplicación exagerada del reglamento, un ajuste de cuentas. Se han ensañado con él, le han crucificado, lo han elegido como cabeza de turco por ser quien es. La sanción tuvo el efecto inmediato perseguido: Argentina perdió contra Bolivia y se complica su clasificación para Rusia 2018. La FIFA se echa piedras contra su propio tejado. Un Mundial sin Messi sería un campeonato devaluado. La pasada de vueltas del Comité de Disciplina ha sido tan evidente que no descarten una marcha atrás. La carta personal del jugador explicando lo sucedido puede ayudar a que todo quede en dos partidos. En este ‘affaire’ está en juego la ilusión de Messi de jugar el último Mundial de su carrera e intentar ganar el único título que le falta a su excepcional palmarés. Para Leo la selección argentina se ha convertido en un trauma, ya que es víctima de un equipo que no está a su altura.

La otra cruz que arrastra a cuestas el argentino es la Agencia Tributaria. Aquí también le han elegido como cabeza de turco. Aquí paga el enfrentamiento político entre Catalunya y España. El pulso por la independencia pasa factura al Barça en las instituciones centralistas. Si Leo jugara en el Madrid, seguro que su relación con Hacienda hubiese sido muy distinta. En el Bernabéu todo se tapa y arregla, en el Camp Nou por el contrario se magnifica. El jueves se volvió a demostrar en el Congreso de los Diputados. ‘En Comú Podem’ realizó una serie de preguntas sobre la falta de investigación ante el presunto desvío de 150 millones por parte de Cristiano. El Gobierno no dio explicación alguna alegando que eran datos de carácter reservado. Ni la Fiscalía ni la Agencia Tributaria han actuado ante la denuncia de ‘Football Leaks’, todo lo contrario a lo sucedido con Messi y Neymar. Un escándalo que los medios de Madrid tapan sin vergüenza.

Por dos veces Messi ha sido cabeza de turco esta semana. Tiene motivos para estar cabreado. En el campo es un triunfador, pero en los despachos le han tomado el número. Todo esto forma parte del lado oscuro del libro que Messi nunca escribirá.