La lesión de Arthur, un test de estrés para examinar la plantilla

Arthur vuelve al once

Arthur vuelve al once / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça pierde a Arthur durante casi un mes, y en el deporte y en la vida no hay nada mejor que perder a alguien para subrayar su importancia. El caso de Arthur merecería una tesis doctoral: de cómo el club fue capaz, liderado entonces por Robert Fernàndez, de ir a buscar un brasileño que jugaba como si hubiera nacido y crecido en la Masia. Es de hecho el primer caso conocido de importación de ADN, un experimento apasionante que se convierte en la excepción que confirma la regla que dice que el estilo solo se puede producir orgánicamente desde dentro.

Curiosamente, Valverde tardó en confiar en él y estuvo semimarginado hasta el decisivo partido contra el Tottenham, su gran punto de inflexión. A partir de entonces Arthur ha sido el metrónomo del equipo con tal fiabilidad que algunos ya han corrido a compararlo nada más y nada menos que a Xavi e Iniesta.  Lo que queda claro es que su lesión es un desafío, porque vuelve a situar a Valverde en el mismo punto en el que estaba antes de la revelación contra el Tottenham: retroceder y volver a confiar en Arturo de partida, una solución que está a las antípodas del juego de Arthur, o seguir con la apuesta por el juego de posición con una opción como Aleñá o incluso como un Sergi Roberto reconvertido por fin a centrocampista, en unas variantes que supondrían paradójicamente sustituir al ADN artifical (Arthur) con ADN natural. 

Puede ser, como ha sucedido hasta ahora, que el entrenador bascule entre la dos alternativamente, incluso dentro del mismo partido. Pero lo que está claro es que la lesión afecta al juego profundo del equipo, y al equilibrio en la sala de máquinas, que Arthur había vuelto más reconocible. Una vez más, una lesión se convierte en un test de estrés del fondo de armario, de la capacidad real de la plantillla y de la planificación en general.