Leo Messi... y los demás

Leo Messi

Leo Messi / JAVI FERRÁNDIZ

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Ya lo ven, Cristiano Ronaldo, Neymar, Mbappé, Griezmann, Modric, Bale... verán las semifinales de la Champions por la tele. Bueno, los tres últimos ya han visto los cuartos de final desde el sofá de su casa, arrepentido el delantero del Atlético por haber dicho a no al Barça y acaso soñando con que este verano pueda finalmente vestir de azulgrana, y humillados los dos madridistas, y el resto de sus compañeros, por no ser ya nadie tampoco en la Liga y haber sido relegados a jugar un lunes, el día de los comparsas.

Vamos, que la Champions de este año ha puesto en su sitio a los anti-Messi fabricados a golpe de intereses oscuros, cuando no directamente a partir del odio de las rivalidades mal entendidas. ¿Se acuerdan de aquello de comer en la mesa de Messi? Pues, eso, Messi sigue comiendo aparte. Y cada vez tiene a los otros a más distancia.

Los cuartos de final de la Champions han sido demoledores. Messi dio su enésima exhibición ante el Manchester United y Cristiano Ronaldo, la única estrella que le mantenía el pulso, lo que ya de por sí tiene mérito y está bien reconocerlo, cayó ante un Ajax 'low cost' forjado a partir de cantera, jóvenes promesas y oportunidades de mercado. Se acaba la eterna comparación, básicamente porque Messi ha dado el golpe definitivo a sus enemigos, a los estómagos agradecidos y mentes perversas que le niegan Balones de Oro que por méritos son suyos y solo suyos. Por lo menos, este año nos ahorraremos las maniobras siniestras de los poderes fácticos del madridismo para que Cristianos y Modrics fueran los elegidos. 

a sus pies

Hoy, el mundo entero está rendido a los pies de Messi. Es de justicia. Nunca en la historia del fútbol se ha visto a un jugador igual, un futbolista que gane él solo los partidos, que robe el balón al contrario, que regatee a cuantos adversarios le molesten en su camino hacia el gol, que rompa defensas con su velocidad y talento y se convierta en pesadilla de todos los porteros  rivales. Una salvedad, triste salvedad, por cierto. Cuando escribo todo el mundo se ha rendido a sus pies, no es exactamente así. Todavía queda un reducto minúsculo, pero muy ruidoso, que se empeña en negar la evidencia, ese madridismo envidioso que ya no engaña a nadie. Peor para ellos, cuanto más se empeñen en quitarle méritos a él y al Barça, más en evidencia quedarán. 

Estamos ante el mejor Messi de toda su carrera. Su transformación ha sido sencillamente excepcional. Su radio de acción ha abarcado no solo todos los frentes del ataque, creación del falso ‘9’ incluida, sino también todo tipo de funciones creativas. De extremo a goleador, el mejor, sí, sí, también mejor que Cristiano Ronaldo, y finalmente goleador y cerebro del equipo. Nadie en toda la historia puede presentar semejantes credenciales. Es una especie de milagro, como milagro es que a dos meses de cumplir los 32 años esté en su plenitud física y futbolística. ¿Saben qué hacían otros mitos a su edad? Pues miren: Maradona llegaba al Sevilla después de una larga suspensión por doping.

comparaciones

Cruyff jugaba en Estados Unidos y estaba a punto de iniciar su triste aventura en el Levante, aunque más tarde renacería de sus cenizas en el Ajax y el Feyenoord, donde ganó un doblete a los 37 años. Pelé se había se semirretirado y se dedicaba a hacer bolos en giras de exhibición con el Santos. Ronaldo languidecía en el Milan igual que años más tarde haría Ronaldinho en su regreso a Brasil. Beckenbauer se fue al Cosmos y Platini se retiró precisamente a los 32 años. Solo Di Stéfano estaba en pleno apogeo... O sea, que ni ayer ni hoy ha habido ni hay nadie que pueda compararse a Leo. Es el mejor de todos los tiempos, le pese a quien le pese, que desde luego no es a los que amamos el fútbol.