Leo Messi, genio y despertador

Leo Messi, con Piqué y Coutinho

Leo Messi, con Piqué y Coutinho / EFE

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

A Leo Messi ya le hemos pedido de todo: que nos aguante el equipo cuando la plantilla no funciona, que salga cojo al campo y arregle eliminatorias de Champions, que asuma el protagonismo goleador, que se reconvierta en asistente cuando alguien está más enchufado, que juegue de falso nueve...

Ante el Espanyol, Leo Messi se ha superado, ha marcado (bueno él no ha metido el balón dentro, lo ha hecho Víctor Sánchez, pero ya nos pelearemos con esto con acta arbitral y criterios de gol incluídos) un gol de falta a lo 'Panenka' y eso sería digno de admirar por sí solo, pero además lo ha hecho para despertar al Barça de una siesta monumental a la que le sumió el Espanyol.

Rubi salió con el autobús, pero uno de dos pisos de esos con asientos bien mullidos que te atrapan y el Barça sucumbió. La hora, el solecito, una buena entrada y los cinco defensas del Espanyol... El juego del Barça estaba siendo lento y espeso, no lograban desperezarse y las diagonales de Coutinho no ayudaban en demasía.

Pero una falta en la frontal lo cambió todo. Pegadita a la línia, Messi la levantó por encima la barrera, recta aunque con un poco de rosca, muy incómoda para Víctor Sánchez, como cuando te vienen a despertar antes de las ocho de la mañana un domingo y giras la cara para huír, pues algo así ha pasado, ha molestado a Diego López y el balón lo ha mandado para adentro.

El gol desperezó al Barça y Malcom ayudó mucho a que el partido cambiara de signo abriendo el campo y dando una asistencia a Leo. Un final muy plácido para un partido que se complicó demasiado en la primera mitad. 

Por suerte Leo se convirtió en inventor y en despertador. Vale para todo, y por muchos años.