De Laurentiis y las calderas de Messi

De Laurentiis sigue intentando sacar el Barça-Nápoles del Camp Nou

De Laurentiis sigue intentando sacar el Barça-Nápoles del Camp Nou / EFE

Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

Los italianos se distinguen por hablar mucho y, sobre todo, muy alto. Esto último se convierte a veces en un riesgo inoportuno. Todo el mundo te oye y, si no mides tus palabras, quedas en evidencia. Es el caso de Aurelio de LaurentiisEl propietario del Nápoles quiso presionar a la UEFA para jugar el partido de vuelta en terreno neutral y, a la hora de la verdad, ha quedado retratado como el malo de la película. Y no precisamente de alguna de las buenas como las que ha producido o distribuido en su exitosa carrera cinematográfica (Terciopelo Azul, Hannibal, Manhattan Sur...) sino de las peores.

Porque de Serie B habría que calificar sus burdos intentos de que la Champions no se jugase en Barcelona. “Si nos pasa algo, se desatará el infierno”, advirtió, como si nuestras calles fueran el escenario por el que deambulan una pléyade de zombies. Pero, no señor. Aquí el único que pasó por un infierno, el de las calderas de Leo Messi, fue su Nápoles, que salió escaldado del Camp Nou pese a vender cara su piel.

AGARRADOS A LEO

Intimidaron los italianos, sobre todo al principio, pero la categoría y la ambición de Messi resolvieron antes del descanso. Luego, el Barça, consciente de sus limitaciones y sobre todo de la precariedad de su plantilla, se limitó a sobrevivir regulando esfuerzos para la próxima batalla de Lisboa.

Allí espera un Bayern que, sobre el papel, se presenta como favorito, pero soñar es gratis. Máxime teniendo en tus filas a Messi, capaz de cualquier cosa por volver a ganar la orejuda. Sin olvidar tampoco que De Jong ayer completó un partido inmenso, lo mismo que Piqué Lenglet salvaron al equipo con su contundencia cuando más apretó el Nápoles.