Las tres decisiones que tomará Bartomeu

Josep Maria Bartomeu

Josep Maria Bartomeu / FCB

Lluís Mascaró

Bartomeu ya tiene escrita su ‘hoja de ruta’ para intentar superar esta crisis sin precedentes. Se basa en tres decisiones. La primera, y más fácil, cambiar de entrenador. Quique Setién será destituido en las próximas horas y Pochettino parece el relevo mejor posicionado (pero sin descartar a Koeman, Allegri, Henry e incluso Garcia Pimienta). La segunda decisión tampoco es complicada aunque sí polémica: no piensa dimitir (a pesar del clamor de la oposición y del entorno) pero está dispuesto a avanzar las elecciones (entre enero y marzo) para permitir que el nuevo presidente (sea quien sea) pueda poner en marcha su proyecto con tiempo.

Y la tercera medida es la más compleja: quiere impulsar una renovación total de la plantilla... pero no tiene dinero para hacerlo. No hay ni un euro en la caja. La pandemia del coronavirus ha provocado unas pérdidas superiores a los 200 millones y resulta imposible invertir en fichajes... a no ser que primero se ingrese mucho dinero con las ventas. 

El Barça debe afrontar su doloroso fin de ciclo con precipitación y sin un proyecto de futuro. La situación de la plantilla es surrealista. Aparte de los jugadores que ya hace meses que están en venta (Neto, Umtiti, Junior, Rakitic, Arturo Vidal, Rafinha, Braithwaite, Coutinho...), el club desearía desprenderse de ‘vacas sagradas’ como Jordi Alba, Busquets o Luis Suárez (por los que, difícilmente, se conseguirá un buen traspaso) y recuperar el dinero invertido en dos fracasos como Dembélé y Griezmann.

Solo hay cuatro intocables: Ter Stegen, Lenglet, De Jong y, por supuesto, Messi. El resto son prescindibles. Porque se trata de apostar por los jóvenes (Ansu, Riqui, Pedri, Trincao) y buscar recursos para fichar a Lautaro Martínez y Eric García.  Se antoja una misión imposible. Un intrincado plan que, de llevarse a cabo, necesita también de un entrenador valiente para ejecutarlo. Son las duras, durísimas, consecuencias de tantos años de pésima gestión.