Las prisas las tienen otros

Jovic en el control médico del Madrid

Jovic en el control médico del Madrid

Carme Barceló

Carme Barceló

Las prisas las tienen otros. Los que tienen que rascarse el bolsillo y dejar entrar antes de salir para apaciguar a una parroquia desencantada, van de blanco. Los que hoy dedicarán titulares positivos al mismo que normalmente critican en lo deportivo y en lo político, viven en Madrid y presentan hoy a Hazard, ese jugador del que Guardiola ha afirmado que es uno de los mejores futbolistas que ha visto jamás. Esta vez lo que dice Pep va a misa de 7, la hora prevista para que Eden conozca el jardín de Messi.

El Real Madrid se ha puesto las pilas y sigue vaciando la caja a la par que llena el vestuario. Lógico. Una temporada catastrófica, varios años sin fichar y uno sin Cristiano, ha provocado este no parar de comunicados anunciando nuevos jugadores. Con la llegada de Mendy, el club merengue lleva gastados 303 millones de euros fijos, sin contar los variables y demás. Atrás van a quedar con casi total seguridad los que realmente iban a provocar colapsos en la Castellana, Mbappé y Neymar. Otra vez lo ha intentado Florentino Pérez y no ha podido ser. Pero esta vez, las urgencias le han obligado a cerrar con rapidez las operaciones sin regatear demasiado.

Las prisas las tienen otros, sí, pero la inquietud crece cuando ves al enemigo con armamento nuevo. Decía Griezmann que él es el más impaciente de todos y que se muere de ganas por decir cual será su destino. Veremos si acaba de blaugrana este culebrón por entregas. El que está acabando con la paciencia -un verano más, y van...- es el ínclito señor Raiola, representante de De Ligt y de Pogba. El hombre está en su salsa y en su escenario favorito viendo como los dos grandes equipos de la Liga española suspiran por sus representados. El Real Madrid, más apurado, va sacando conejos de la chistera mientras negocia con el representante. El Barça, con Abidal dejándose llevar por el corazón en sus redes sociales y con la razón eliminando sus mensajes, está un poco harto de los devaneos del holandés y no le va a reir las gracias a Raiola. El dinero no lo es todo. A 600 kilómetros, sí.