Las diferencias entre el Barça y el Valencia

Javier Tebas, presidente de la patronal del fútbol español, defendió el jueves la decisión del magnate Peter Lim de despedir a Marcelino sin que la propiedad haya dado una razón de peso para hacerlo.  Para Tebas, el mérito del millonario de Singapur es haber puesto 200 millones de euros en el Valencia. 

Dudo mucho que a este señor, que vive en la otra punta del mundo, le duela el Valencia o sienta afecto o querencia por lo que es o representa. Para él, y como para la mayoría de potentados que han llegado al fútbol, es una simple inversión, un negocio.

La gran diferencia entre clubs como el Valencia y el Barça, Real Madrid y Athletic, es que estos últimos son propiedad de sus socios, eligen democráticamente a sus presidentes y pueden aprobar o tumbar cualquier punto en el orden del día de una asamblea. El Valencia es el capricho de verano de un inversionista que busca rentabilidad y notoriedad. El objetivo del Barça no es ganar dinero, solo títulos y formar jugadores. En Mestalla un señor ha hecho lo que le ha salido de la entrepierna porque manda él y solo él. En el Camp Nou, Bernabéu o San Mamés, hay una junta directiva que decide.

Si las cosas van mal dadas en Valencia, Peter Lim desaparecerá del mapa sin derramar una lágrima. Cuando eso ocurre en el Barça, Madrid, Athletic, y otros tantos clubs,  hay miles de socios que se van a dormir cabreados. ¿Saben eso tan manido del sentimiento? Sí, el amor a unos colores, a un escudo, a un club... Es todo lo que no tienen ni sienten estos millonarios para quienes la historia de una entidad no significa nada. Puro negocio.