Las claves del GP de la República Checa

Dovizioso, exultante en el podio de Brno

Dovizioso, exultante en el podio de Brno. / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

1. Dovizioso y la motivación de Lorenzo

El italiano consiguió la victoria en Brno tras superar a Lorenzo y a Márquez en la última vuelta en un gran premio marcado desde el primer momento por el pique entre los dos pilotos de Ducati, un duelo que les ha dado alas a ambos para sacar el máximo de su moto. El mallorquín, harto del desprecio del italiano, calentó el ambiente el jueves y el foco se centró en ellos durante todo el fin de semana en un circuito en el que la aceleración de las Ducati marcaba las diferencias.

El pique entre ambos, que va en aumento entre bambalinas, se trasladó sobre el asfalto y el destino quiso que se jugaran el triunfo en la última vuelta con Márquez como invitado de excepción. Esta vez la determinación de Dovizioso, que ha empatado a triunfos con Lorenzo en lo que va de 2018 ha marcado el resto. No lo tuvo fácil, pero respondió los ataques con firmeza, sin descanso, consciente que si se tomaba un respiro perdía. Las últimas vueltas fueron espectaculares y ya tengo ganas de verles, de nuevo, en acción en Austria, el próximo domingo, en otro circuito propicio a las Ducati.

2. Márquez, una ventaja importante

Inteligente la carrera de Marc Márquez en Brno, un circuito que a priori le tenía que ser difícil por las características de su moto y al que le faltó un pelín para conseguir la victoria. El de Cervera, que cumplía cien grandes premios en la categoría reina, amplió su ventaja al frente del campeonato. Tiene 181 puntos por 132 Valentino Rossi, que es segundo, y 113 Andrea Dovizioso, tercero. Es decir, cuando hay aún nueve carreras por delante tiene 49 puntos de ventaja sobre ‘il dottore’ y 68 con respecto al de Ducati. Todo un mundo. Marc, al que no le sobraban las fuerzas, intentó en un par de ocasiones, al límite, sorprender a las todopoderosas Ducati, pero tuvo la suficiente sangre fría para calcular los riesgos y dar por bueno un podio que puede ser decisivo al final.

3. Viñales, Yamaha y el eslabón más débil

Maverick Viñales llevaba 19 carreras consecutivas puntuando, incluidas las nueves disputadas este año, y en la República Checa sumó su primer ‘cero’ desde Assen 2017, donde se había ido al suelo. En Brno salía el 12, muy lejos de Rossi, que era segundo con su misma moto, y solo duró en carrera tres curvas. Su racha positiva se vio cortada en uno de los grandes premios más agitados que ha vivido, puesto que en Brno se hizo finalmente oficial que el año próximo no seguirá con Ramon Forcada, su jefe de mecánicos desde que ‘aterrizó’ en Yamaha y por decisión del propio piloto.

Las razones son evidentes y, como siempre, cuando se produce una crisis de resultados la cadena se rompe por el eslabón más débil y, en este caso, ‘la víctima’ era Ramon Forcada y alguno de sus mecánicos. Era un secreto a voces, que no quiero entrar a discutir porque entiendo que Maverick necesita un revulsivo que le permita sacar lo mejor de si mismo sobre una moto que no está en su mejor momento. Sí discuto las formas, ya que entiendo que merecían mejor trato, pero si quiere solucionar sus problemas tiene que atacar la raíz de los mismos y no limitarse a ‘matar’ al que le rodea.