Las canas y las ganas

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Carme Barceló

Carme Barceló

Le estoy haciendo un seguimiento capilar a Valverde y veo que lleva el camino de algunos colegas suyos. No es el caso de Zidane, por ejemplo, que no muestra el paso del tiempo más allá de las patas de gallo. A Ernesto le han aumentado las canas, pero también las arrugas y las ojeras. Desconectado durante algunas semanas -me consta que lo consiguió en un porcentaje elevado- vuelve a tomar las riendas del Barça por tercer año consecutivo.

No será una temporada fácil y, además, el verano tampoco lo va a ser. El único fichaje currado desde el tiempo y el silencio, aunque al final el toque de gracia lo diera Bartomeu, es el único aplaudido por la totalidad de la afición. De Jong es la ilusión, destila ganas, compromiso y profesionalidad y genera buen rollo y naturalidad, algo difícil de encontrar en los tiempos que corren. Valverde cuenta con él desde enero y ya sabe a qué atenerse. Pero ha llegado la pretemporada, la gira y todos los ‘bolos’ que ella conlleva y al técnico le va a tocar jugar dentro y fuera del campo sin que, a día de hoy, le puedan precisar demasiado.

Genera dudas

Llega la canícula y la cana veraniega para el entrenador. Reconfirmado por el presidente y por Messi, genera dudas. A la Liga no se le ha dado su valor real después de lo sucedido en la Champions, algo que va a ser difícil de olvidar por muchos años que pasen. Esto es así. No hay tinte que cubra el descalabro.

Empezar la campaña con los excelentes fichajes de Griezmann y De Jong no tapa otras realidades, como la exigencia brutal a la que va a ser sometido Valverde, el desgastante ‘culebrón’ de Neymar y, consecuencia de ello, las salidas que ello va a generar. Si el brasileño no llega, operación en la que sigo insistiendo veo harto difícil, Ernesto no sabe qué va a pasar con unos jugadores de primerísimo nivel y de alto valor en el mercado. Los pesos pesados van a tener ración doble de exigencia esta temporada. Y son un año mayores. Que las canas no se lleven las ganas