Ni Laporta ni Xavi se pueden permitir otra temporada en blanco

La presentación de Xavi Hernández, en imágenes

La presentación de Xavi Hernández, en imágenes

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Para saber dónde estamos, mejor recordar de dónde venimos. Los números no mienten y en verdad son decepcionantes. El Barça lleva siete años sin ganar ni llegar a la final de la Champions, la última vez fue en Berlín 2015. Y suma tres temporadas sin conquistar la Liga. Partiendo de esta realidad hay que analizar el futuro con realismo, sin falsas ilusiones ni metas imposibles. Ya hemos vivido la frustración que produce quedarse por debajo de los deseos. Mejor tocar con los pies en el suelo, ser conscientes de venir de una crisis económica y deportiva sin precedentes en la historia del club. No lo decimos a modo de justificación, sino para reconocer las dificultades que entraña partir de una situación tan crítica. El Barça que queremos no tiene que parecerse en nada al del pasado reciente. Queremos un equipo que enganche e ilusione. Unos resultados que permitan aspirar a ganar la Liga y llegar lejos en la Champions. Un juego atractivo que divierta más allá de tácticas y sistemas. Unos canteranos que progresen ya que ellos son el gran tesoro de la casa. Una afición que cumpla con su papel de jugador número 12 convirtiendo el Camp Nou en un feudo inexpugnable. Hay que ser humildes y ambiciosos a la vez. Mejor crecer de abajo a arriba que poner el listón a la altura de los sueños de salida. Al socio hay que explicarle la verdad, aunque no sea tan bonita como desearíamos. En función de los fichajes que se acaben haciendo, no hay que renunciar a ganar títulos. Sin embargo, hinchar el globo de la ilusión más de la cuenta es peligroso ya que significa una presión añadida. A día de hoy queda mucho trabajo por hacer y la gestión en los despachos será determinante. Los próximos días llegará dinero procedente de la venta de los derechos de televisión para cerrar el balance de la temporada 2021-2022 en positivo. La plantilla necesita con urgencia una renovación a fondo. Sin contemplaciones y con exigencia. Hay que facilitar la salida rápida de los jugadores con los que no cuenta Xavi, Lewandowski, Koundé y Azpilicueta parecen imprescindibles. Si se traspasa a De Jong, habrá dinero para fichar a Bernardo Silva. Kessié y Christensen estan pendientes solo de que se solucione el ‘fair play financiero’. A Mateo Alemany se le acumula el trabajo a la espera de tener liquidez para cerrar las operaciones que están en marcha. Laporta conoce el negocio del fútbol y sabe que es ahora cuando se decide el potencial del equipo de la próxima temporada. Son meses decisivos. Hay que bajar la masa salarial, acertar con los fichajes y cumplir las peticiones de Xavi. Ni el presidente ni el entrenador se pueden permitir otra temporada en blanco. Tienen la confianza de los socios para levantar el Barça. Manos a la obra sin perder más tiempo.