Todos contra Laporta y él, en su salsa

El grito de Laporta del que todos hablan

El Barcelona está en medio de un terremoto tras la cautelar concedida en la inscripción de Pau Víctor y Dani Olmo. Un torrente de clubs han mostrado su disconformidad con la manera de proceder del CSD que colocó al gobierno primero y después al Barcelona en el ojo del huracán. La reacción de Laporta antes del partido de semifinales de la Supercopa de España ha aumentado el estado de crispación general que hay contra el FC Barcelona.

En el partido de este domingo se empezará a tomar el pulso de esta animadversión que se ha generado y si se traslada a los campos de fútbol. Esta antipatía llega, en parte, por la actitud del presidente y en parte, el trato de favor que consideran muchos pese a que el Barça solo ha defendido hasta última instancia su tesis.

Una cosa es que el presidente se encuentre a gusto en este estado de opinión crítico y otra es que le vaya bien al Barça

Después de la Supercopa, en los partidos que el Barcelona jugará a domicilio, se percibirá realmente si la afición española se ceba con el equipo azulgrana cuando salte al terreno de juego o cuando haya una acción dudosa. Esto va camino de convertirse en un todos contra el Barça o todos contra Laporta. Es importante diferenciar aquí al jugador, Dani Olmo, cuyo comportamiento ha sido exquisito de la misma manera que lo ha venido haciendo en toda su carrera profesional. En este episodio, él es el protagonista involuntario por lo que él debe quedar al margen de cualquier blanco de las críticas. A diferencia de Vinicius o incluso Laporta que se disfrutan a gusto en la provocación, Olmo es una estatua sin derecho a voz ni a voto, un ejemplo.

Lo que ha ocurrido esta semana ha convertido y seguirá poniendo a Laporta en el centro de la diana, una posición que a él no le incomoda porque, valiente y aguerrido como es, de eso nadie tiene duda, nunca se ha escondido cuando van a por él. Se encuentra en su salsa cuando esto pasa. Se crece. A Olmo y a Pau Víctor hay que dejarlos en paz, a Laporta le gusta este estado que se ha creado. Sin embargo, una cosa es que le vaya bien a él o que le guste y otra que le vaya bien al Barça. Es muy diferente.