Laporta debe convencer a Messi sin hacer ruido

Laporta se reúne con Koeman y la plantilla

Laporta se reúne con Koeman y la plantilla

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Laporta ha vuelto. Y con él, la ilusión. El barcelonismo ha recuperado con su regreso la autoestima perdida durante la recta final del pésimo mandato de Bartomeu. El carisma de Laporta transmite confianza. Y eso, precisamente, es lo que necesita el Barça. Lo necesitan los socios y los aficionados. Pero también el club. Y, por supuesto, la plantilla. Por eso lo primero que hizo ayer el nuevo presidente fue reunirse con Koeman y los jugadores. Fue un contacto informal. Apenas unos minutos. Suficientes, sin embargo, para que su apasionado discurso subiera la moral de todos. La capacidad de Laporta de seducir a su interlocutor es una arma que el máximo dirigente sabe utilizar muy bien. Y que deberá poner en práctica muy a menudo en los próximos meses. Empezando con Messi.

El futuro de Messi es la máxima preocupación de todo el barcelonismo. En las últimas horas, esta preocupación se ha transformado en esperanza. La imagen de Messi votando por primera vez (acompañado de su hijo), su llamada a Laporta felicitándole por la victoria y las palabras del nuevo presidente (“Estoy convencido de que se quiere quedar”) permiten ser moderadamente optimistas sobre la continuidad del crack argentino. Al menos, más optimistas que hace unas semanas. Pero no hay que tener prisa con Messi. El capitán ya dijo que anunciaría su decisión a final de temporada, después de escuchar el proyecto deportivo que le puede ofrecer el club. Ya sabemos que no es una cuestión de dinero (Messi entiende que deberá ajustarse su salario por culpa de la pandemia), sino de sentimientos. Y en eso, Laporta es el número uno.

Laporta puede convencer a Messi para que siga. Pero no debe precipitarse. Messi tiene sus tiempos. Todo lo que rodea al mejor jugador del mundo tiene que gestionarse con calma. Mucha calma. Sin ruido. Sin filtraciones. Laporta debe aprovechar su buena relación con el crack argentino para sentar las bases de su futuro en el Barça. Con una renovación acorde a las circunstancias. Y, sobre todo, con la ilusión de un equipo ganador. Messi no tiene prisa. Y lo que no quiere, por encima de todo, es sentirse otra vez engañado.