Laporta luchará por recuperar la ilusión

Laporta saludando a Ronald Koeman

Laporta saludando a Ronald Koeman / @FCBarcelona_es

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Laporta ganó las elecciones porque representaba el recuerdo de un pasado glorioso y la ilusión de un futuro triunfal. El nuevo presidente regresó al Barça cargado de positivismo y con un objetivo claro: devolver a los culés el orgullo de ser de un equipo único. El sueño de Laporta, sin embargo, se estrelló contra la dramática realidad de un club en bancarrota. La situación económica de la entidad es mucho peor de lo que nadie (excepto los anteriores gestores, empezando por Bartomeu) podía imaginar. Aunque la auditoría no ha finalizado (más que una auditoría es una auténtica investigación a todos los niveles), ya puede asegurarse que la deuda real estará en torno a los 1.500 millones de euros y que el déficit de la pasada temporada ascenderá a 350 millones. Una realidad insostenible. “Hay que ser muy valiente para afrontar este gravísimo problema”, aseguran fuentes del club. Y Laporta es valiente. Y desacomplejadamente optimista. “Cualquier otro dejaría las llaves del Camp Nou en la mesa y saldría corriendo”, insisten voces cercanas al presidente.

Laporta no huirá. Al contrario. Afrontará al drama con la firme convicción de que puede revertir una situación que parece irreversible. Aunque para conseguirlo, deberá tomar decisiones muy duras. Como las que está ejecutando. Rebajas salariales brutales a todos los futbolistas del primer equipo (incluido Messi) y salidas a cualquier precio de jugadores con salarios inasumibles. No lo tiene fácil. Nada fácil. Pero está tan seguro de su capacidad de convicción que ya está pensando en hacer tres nuevos fichajes para hacer más competitiva la plantilla de Koeman: un defensa, un centrocampista y un delantero. Laporta, insisto, ganó las elecciones porque supo transmitir ilusión a los socios. Y no quiere defraudarlos. Actuará con puño de hierro para devolver al Barça, deportiva, económica e institucionalmente, al lugar que se merece. Y no dudará en denunciar (si es necesario, judicialmente) todos los desaguisados de la junta directiva saliente. No esconderá nada de lo que encuentre. Por muy desagradable que pueda ser.